Jorge, el novio de mi hermanita
Fecha: 18/10/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... desde atrás. Mi cuerpo se fue invadiendo de calor. Su polla apretaba hasta mi nuca, y mis jadeos fueron dando paso paulatinamente a puros gritos de deleite. Su profunda respiración fue también tornándose en obscenos bramidos. Abandonándome, hundí mi cara en la almohada, que llené de babas mientras Jorge continuaba follándome salvajemente y mis tetas oscilaban hasta casi querer escaparse de mi cuerpo. A punto de correrme, comencé a mover el culo en círculos, apretando fuertemente las paredes de mi coño contra su verga, mientras Jorge apretaba con fuerza contra mi trasero. Esto fue demasiado para él. Noté cómo su polla sufría un espasmo dentro de mí, y emitiendo un gran rugido, se vació en mi interior, regándome de esperma. Mi cuerpo me abandonó, se llenó de calor. Mis piernas se hicieron infinitas, los poros de mi piel se saturaron, y entonces me corrí en medio de una enorme sacudida que agitó todo mi cuerpo y emitiendo un gran alarido. Sin salir de mí, Jorge se tumbó sobre mi cuerpo, llenándome de calor. Permanecimos así durante algunos minutos. Finalmente, Jorge se levantó, saliéndose de mí. Me giré, y Jorge se inclinó para darme un suave beso en los labios mientras sus dedos jugaban con mis aún tiesos pezones.
— Gracias, musité.
Nos dimos una ducha juntos. Con el agua y el jabón deslizándose por nuestros cuerpos desnudos me arrodillé ante él y limpié ...
... su polla de líquidos seminales con mi lengua y mis labios, al tiempo que le acariciaba los huevos con mis dedos. Pasé quedamente mi lengua y labios por su capullo hasta que estuvo de nuevo pulcro y limpio. Terminamos de ducharnos sin dejar de besarnos y acariciarnos. Las caricias de sus manos sobre mis pechos, lubricados por el agua y el jabón eran especialmente placenteras. Finalmente salimos de la ducha, nos secamos y vestimos.
Bajamos a hacer la compra, y con el tiempo justo, nos fuimos a la playa. No llevábamos ni cinco minutos sobre la arena cuando aparecieron Laura, Ana y Luis, que acababan de regresar del mercadillo. Sin sospechar nada, Laura besó a Jorge en los labios.
El resto del día y del viaje transcurrió sin más acontecimientos dignos de reseñar. Desde nuestra vuelta a Madrid he vuelto a encontrarme con Jorge cuatro o cinco veces, siempre a escondidas de mi querida hermanita. Lo cierto es que me da cierta pena por ella, pero cuando las ganas aprietan… Quizá un día de estos os cuente alguno de los encuentros que he tenido con Jorge en este tiempo. Recordando nuestro polvo del pasado verano me están entrando deseos de… Voy a por el móvil a llamar a Jorge. Igual tiene esta tarde libre…
Ahora, y para excitar un poco más vuestra imaginación, os dejo unas fotos mías en la que podéis apreciar las partes de mi cuerpo de las que estoy más orgullosa.