1. Diario de una universitaria. Masturbación, cinturón y sexo


    Fecha: 25/03/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuenta de que tenía las bragas empapadas. Me las quité y las metí en una cesta de mimbre destinada a la ropa sucia. A continuación me puse el pantalón del pijama, coloqué la almohada en su posición original y me metí en la cama.
    
    Una hora después o así oí voces y me desperté. Mi compañera acompañada de Roberto y Susana entraron en la habitación.
    
    - ¿Qué hace la bella durmiente aquí solita? - dijo Marta sentándose en mi cama y haciendo chirriar los muelles.
    
    - Ana... te llamas Ana no. Mi enemiga. - intervino Susana utilizando mi nombre con un tono entre achispado y amenazante.
    
    - Mira, te traigo a Roberto. ¡Te gusta eh! - dijo Marta.
    
    Me ruboricé con el comentario en presencia de aquel varón y reaccioné.
    
    - Estáis borrachas. - espeté
    
    - Un respeto. - respondió Susana apuntándome con su dedo.
    
    - Seguro que no has hecho nada aquí solita sin que nadie te viera. - continuó Susana.
    
    Marta echó un vistazo a su alrededor. Abrió el cajón de la mesita, apartó las sábanas de mi cama, las inspeccionó con sospecha y finalmente abrió la cesta de ropa sucia.
    
    Susana cogió las bragas y se las enseñó a Roberto.
    
    - Están mojadas. - anunció con una risa maliciosa.
    
    - O te has hecho pipí o te has estado masturbando como una guarra. - dijo Marta.
    
    - ¿Y si se lo contamos a todos? - propuso Susana.
    
    Las miré alarmada y supliqué que no hicieran algo así. Susana propuso la idea de un castigo y pidió votar. Roberto y Marta votaron a favor. Después de discutir algunas ...
    ... opciones, decidieron que me darían unos azotes con el cinturón.
    
    Marta buscó en el armario y sacó un cinturón de cuero ancho. Susana se lo quitó de las manos.
    
    - Túmbate en la cama.
    
    Obedecí acostándome boca abajo. Siguiendo las órdenes de Susana, Roberto se sentó sobre mis piernas atrapándolas con sus muslos y Marta me agarró las muñecas.
    
    - Bájale los pantalones Roberto.
    
    - No, eso no. - dije zafándome y llevándome las manos al trasero para protegerlo.
    
    Todo fue en vano.
    
    Marta me volvió a coger de las muñecas con más fuerza y Roberto me bajó pijama y bragas dejándome con el culo al aire.
    
    Susana comenzó a azotarme al instante. En total me dió ocho latigazos marcando mis nalgas con la correa.
    
    - Pobre. - dijo Susana con sorna riéndose.
    
    Miré a Roberto y Susana hizo el comentario.
    
    -Vaya vaya. El chico se ha empalmao con el culo de nuestra compi.
    
    - Quizás puedes quedarte y echarle cremita o...
    
    - O tirártela. Seguro que Ana quiere. Aquí tienes un preservativo. - añadió Marta sacando un condón del cajón y dejándolo sobre la mesa.
    
    Me quedé de piedra. Tenía el culo caliente por la azotaina y, aunque estaba muerta de vergüenza, tuve que admitir que la idea de enrollarme con Roberto no me disgustaba... casi que lo estaba deseando. Entonces ocurrió algo que decantó la balanza.
    
    - Oye, si quieres puedo mitigar el escozor de tus nalgas y algo más. Eso sí, necesitamos intimidad. Creo que con los azotes ya hemos llegado demasiado lejos.
    
    Marta y Susana, ...