1. Katrina


    Fecha: 03/08/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    Esta es una historia de perseverancia, que lleva al éxito. Me sucedió hace unos años, y decido compartirla ahora con vosotros.
    
    Soy español viviendo en Holanda desde 2011. Conocí a una holandesa, me vine vivir aquí, y empecé a trabajar en un banco. Tras un año, entró a trabajar en el departamento una polaca. Rubia, alta (unos 1.73) buen cuerpo, buen culo, cinturita y buenas tetas, grandes pero no gigantes, bien colocadas. La cara estaba bien, en un concurso de miss mundo pasaría desapercibida, pero en el mundo real en una oficina, te fijas en ella. Ojos azules, cara redondita, labios finos, pómulos algo marcados, nariz refinada acabando en algo gordita (no grande, pero no la típica acabada en piquito).
    
    Yo entonces tenía 31 años, ella 34. Acababa de mudarse de Londres, siguiendo a su marido holandés, 10 años mayor que ella. Chica simpática, algo habladora y cotilla, le gustan los rumores. Nos caímos bien enseguida. Mi jefe nos la presentó como un pibon, pero yo al verla no tuve ese factor wow.
    
    Por aquel entonces mi mujer se quedó embarazada, fue sin buscarlo, con lo que fue un shock para los dos. Fue la única vez que lo hicimos sin protección, por lo que se demostró que yo no tenía problemas de infertilidad...
    
    Yo no estaba muy seguro de mi relación tampoco, por lo que el shock para mí fue doble.
    
    Con la polaca (Katrina se llama) alcancé un grado de complicidad alto, y nos contamos cosas íntimas. Yo le conté esto, y ella me contó que estaba muy enamorada de su ...
    ... marido, y querían tener un hijo, pero el marido no parecía ser muy fértil.
    
    Los meses siguientes pasaron tensos en casa, el carácter de mi mujer iba cambiando, peleas constantes, y desilusión.
    
    Yo además estaba descontento en el trabajo, irritable, y estaba pensando en irme.
    
    Le contaba estas cosas a Katrina normalmente, que escuchaba. Así pasaron los meses de embarazo.
    
    Entonces un mes antes del parto, ocurrió el típico click en el cerebro que te cambia súbitamente la perspectiva.
    
    Katrina solía vestir de forma recatada, pero elegante. Pero un día comiendo en la cantina, ella llevaba una blusa nueva que dejaba ver algo más de lo usual. Como he comentado, tiene unas tetas bonitas y de tamaño bueno, pero como vestía de forma recatada, nunca me había fijado. Estábamos hablando durante la comida, y mientras hablaba, se agachó para rascarse la pierna y le vi todo el escote. "Madre mía qué melones!" pensé. Durante el resto de la comida seguí fijándome, y descubrí un hueco entre los botones por el que le veía el sujetador. Ella no se dio cuenta. Llevábamos meses hablando y yo no me había fijado en ella, por lo que creo que bajó la guardia inicial y me consideraba "de confianza". Al terminar la comida nos fuimos, y cuando se fue hacia el baño, le miré el culo. Ya lo había visto, pero no me había fijado como ahora: culazo. Es alta, piernas largas, que le hacen muy buen culo.
    
    Los días siguientes me seguí fijando en ella. Detalles que nunca había visto. La vestimenta recatada, ...
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