1. Mi cuñada en navidad


    Fecha: 28/03/2024, Categorías: No Consentido Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... se bajó un poco su pantalón y pude ver el encaje de esa tanga rosa pastel asomarse, mi verga estaba echa piedra, podía escuchar mi propia respiración y mi corazón martillaba a mil por hora.
    
    Por fin tuve el valor de poner mi mano sobre sus nalgas, sentía la suavidad de ese culo y como esa tanga se perdía entre sus nalgas, me arrodillé para ver mejor sus tetas y podía sentir su aliento en mi mejilla, voltee y quede a centímetros de sus labios, pude haberla besado, pero preferí otra cosa.
    
    Me levante, baje el cierre y acerque mi verga a la misma distancia, la recargué un poco con los nervios a tope y pude ver la punta rozar sus labios rojos, no pensé que se pudiera poner más dura pero así fue en cuanto sentí el aliento chocar con la cabeza de mi verga, la acomode un poco y pude hacer que entrara, su saliva mojo mi verga y ella respingó, solo se giró, con el movimiento bajo más su pantalón y ahora pude ver sus nalgas desnudas.
    
    Bajé con suavidad su pantalón, si se despertaba no sabría qué hacer, aun así, seguí hasta que pude ver y oler su sexo. Detrás de ese pedazo de tanga estaban las arrugas de su ano y debajo veía como sus labios humedecían la tela. Pegué más nariz y me llené de su aroma. Luego con la yema de mis dedos rose un poco, me acomode y coloque mi verga sobre su panochita, sol quería sentir ese calor. Pero en cuanto logre colocarla resbaló y empuje hay estar bien dentro de ella.
    
    Ahí en la obscuridad y en silencio, permanecí inmóvil esperando alguna reacción ...
    ... que no llegó y comencé a menearme entrando y saliendo suavemente de Marcela que roncaba sin parar, mi verga estaba envuelta en su humedad y no resistiría demasiado, tampoco podía terminar dentro de ella, todo eso pasasen mi cabeza mientras seguí cogiéndola de lo más rico, en cuanto sentí que no podía más saqué mi verga y vi mi semen chocar en sus enormes nalgas y escurrir sobre ellas.
    
    Exprimí lo más que pude mi verga y luego con mi camiseta l limpie un poco, me levante y puse mi verga aún con restos de semen sobre sus labios dejando una gota sobre ellos. Fui al baño por toallas húmedas para terminar de limpiar su culo, pero en cuanto salí noté que ya no estaba ahí, escuché como se cerraba su puerta y tuve tanto miedo que apenas y pude dormir.
    
    Al día siguiente con mis suegros en casa todo fue de lo más normal, Marcela me pidió que la acompañara por pan, no pude negarme y salí como siempre tras ella mirando su culo en esos pantalones entallados.
    
    —¿qué milagro que no traes tu teléfono?
    
    —aquí lo traigo nomás no tengo ganas de ver nada.
    
    —yo hasta pensé que me grababas las nalgas –dijo girando un poco la cabeza para ver mi reacción.
    
    —¿cómo crees cuñada? -dije casi ofendido
    
    —No serías el primero ni el último, mínimo dime que no te desagrada –dijo soltando una carcajada.
    
    —para nada cuñada, para nada.
    
    —ya lo sé -dijo ella doblando a la izquierda para abordar un taxi y dejándome helado con mil ideas en la cabeza.
    
    Hoy es fin de año y tanto Marcela como mi ...