En el hotel mientras su cornudo en casa
Fecha: 30/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos
... darle lamidas a sus labios vaginales.
Mientras yo le metía la lengua apretando su clítoris con fuerza, ella succionaba los fluidos de mi cabeza erecta, ya hasta me dolía de tanta succión pero el placer sentido lo convertía en un daño colateral.
Después de un rico oral que nos dimos ambos era la hora de meterla, al igual que en el trabajo decidí darle sin condon arriesgándome a muchas cosas, pero mi calentura era mas grande.
Ella acostada abrió sus piernas, la tomó de los pies y lentamente empecé a penetrarla sacándole un gemido riquísimo.
K: ¡Si! Oswaldo, uhm, ¡que rico!
O: ¡Oh!, ¡que rica está tu pucha, ¡uhm!
Coloque sus piernas en mis hombros y comencé con el mete y saca a velocidad media, nos besabamos y mordíamos, su vagina apretaba muy rico mi verga, a diferencia de la primera vez, esta vez sin prisa se sentía mejor.
La acomode de lado y yo detrás de ella, se la metía mientras le apretaba sus tetas y le besaba el cuello y la oreja, Karina cerrando los ojos me apretaba las nalgas para que se la metiera mas y no dejar de penetrarla.
Me gustaba tenerla en esa pose, gracias a su altura podía darme un festín con su cuerpo, mi verga le daba mucho placer, sus gemidos en mi oreja me aceleraban más y más.
O: Que rico gime.
K: Es tu culpa por coger rico.
O: ¿Me darías tu culito?
K: Jaja, uhm, no sé, convenceme.
La puse a cuatro patas y comencé a lamerle su culo, dos dedos entraban en su húmeda concha y mi lengua saboreaba su culito rosa, que ...
... rico recordarlo.
K: ¡Ah, uh, ay, uhm!
O: Si mamita, que rico culo, ¡uhm!
Tome mi verga que estaba durísima y comencé a metersela en su culo, no la tengo muy grande pero si gruesa, notaba como se abría lentamente y con dolor, ella gritaba, mordía la almohada y se retorcía, pero no se negaba a recibirla.
O: Si, que rico culo, ¡uhm!
K: Dios, duele, ¡uhm!
O: Tu culo se acostumbra, ya lo has hecho antes no me engañas.
K: ¡Pero jamás con una de tu grosor!
Ya le había metido la cabeza, comencé a meterla y sacarla para que su culo abriera más, entre gemidos sollozos ya llevaba la mitad, la tome de sus nalgas y comencé a embestirla despacio, arañandole la espalda y apretando con fuerza sus muslos.
O: Karina, ah, uhm, que rico culo, ¡uhm!
K: Oswaldo! ¡Me matas! ¡Me matas!
Mis embestidas subían de nivel, su culo apretaba delicioso, era la primera vez que lo metía por ahí y me estaba encantando de más.
K: Dios, que rico, Oswaldo, mas, dame mas, agh, ¡uhm!
O: ¡Qué rico culo! ¿De quién eres, de quién es tu culo?
K: Tuyo, uhm, agh! ¡Destrózalo!
Tome a Karina y la lleve a la orilla de la cama, levanté sus piernas hasta su cara y con su culo a mi merced la embestí de golpe.
Ella gritó tan fuerte que parecía sufrir mucho, pero ya con mi camote dentro solo me miraba con los ojos vidriados pidiéndome más y más.
O: Toma, uhm, ¡agh!
K: Oswaldo, uhm, ¡me matas!
O: Correte nena, sé que lo harás pronto.
Mientras la penetraba con fuerza en su ...