Otra hazaña sexual de mi mujer en el Caribe (parte 7)
Fecha: 05/04/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos
... sus piernas chorreantes de semen y temblorosas, le bajó del todo la tanga, se la quitó y le dio un morreo espectacular y sosteniéndola de las nalgas la alzó para empalarla a horcajadas, mientras ella abrazaba su cuello y cruzaba sus piernas alrededor de la cintura.
Empezaron las embestidas de él y los meneos de ella, loca de placer, repitiendo prácticamente la escena de la tarde en el asiento trasero de la guagua. En ese momento le dije a Adriano que fuera por su trofeo y que le diera una mano a Kevin, aunque éste no daba señales de necesitar ayuda. Como pudimos, le hicimos meter su miembro dentro de la bermuda y lo empujamos a la pista entre los aplausos del corro.
Adriano parecía desorientado hasta que Kevin le hizo señas para que se acercase por detrás de mi mujer, a la que le dijo algo al oído (“Viene otro potro para que te montes”, me contó ella al otro día, en un momento de relax). Cuando Adriano se arrimó, Luli giró la cabeza y con una mano le acercó la cabeza para besarlo con mucha pasión, sin dejar de menearse a horcajadas sobre la poronga de Kevin.
Fue un largo beso que le provocó más orgasmos que le estremecieron todo el cuerpo. Kevin la depositó con suavidad en el suelo, desnudó al canadiense mientras le sobaba la pija húmeda y caliente por el espectáculo y mi mamada, y lo hizo arrodillarse al lado de la cara de mi mujer para que se la chupara. Como Luli parecía no reaccionar, Kevin empezó a chuparle los pezones y a meterle los dedos en la concha ...
... sensible. Volvió en sí mi mujer y se halló frente al miembro palpitante del otro canadiense, que tomó entre sus manos para besarlo, lamerlo y chuparlo hasta el fondo, lo que hizo que Adriano alzara su cara al techo y pusiera sus ojos en blanco.
-Le va acabar en la boca, le dije al oído a Coqui mientras nos pajeábamos mutuamente.
-Kevin no lo va a dejar, me dijo manoseándome descaradamente el culo, que yo meneaba a gusto, siguiendo el compás de sus caricias.
Efectivamente, el animador caribeño dejó de besarla y chuponearla para colocarse a un lado de Adriano y obligarlo a que se comiera su pija, erecta y dura como si no hubiera cogido hacía meses. El canadiense quedó asombrado porque era mamado y debía mamar, bajando un poco su excitación y ruborizándose como un tomate. Kevin, el maestro de ceremonias desnudo, le susurró al oído que se montara a la yegua alzada, sin dejar de darle varias acometidas a su boca inexperta.
Gateando, Adriano tomó a mi mujer de las caderas y se la metió de una, haciéndola estremecer, tan fuera de sí estaba. Contuvo apenas el pene joven y duro que la penetraba y se la cogía. Le cruzó las piernas por encima de su cintura para apretarlo más adentro, lo tomó de la cabeza y lo besó con pasión desenfrenada. Ya estaba de nuevo en lo suyo pidiendo más y más pija.
-Dámela toda le decía, y lo besaba con furor, dame más, no pares y presionaba con sus piernas más adentro.
Adriano no duró más que un par de minutos hasta que se irguió tenso al máximo, ...