La noche de anoche y las que le siguen
Fecha: 05/04/2024,
Categorías:
Intercambios
Autor: Pluma Tejana, Fuente: CuentoRelatos
... pesar de la pequeña diferencia de edades los tres nos llevábamos muy bien y siempre andábamos juntos en todos lados; sin embargo todo cambio el día que, como un huracán, Maricarmen apareció en el pueblo.
Llegó sin padre ni madre; había estado detenida en El Paso Texas por ser menor de edad intentando cruzar a Estados Unidos hasta que su supuesta tia la fue a reclamar y la trajo a Victoria, sin embargo había rumores de que en realidad la habían soltado por que los agentes de inmigración ya no sabían mas que hacer con ella, que les había armado un motín y que solo se quisieron deshacer del paquetón que se habían echado encima. Esas fueron las credenciales con las que llegó la mulata.
La primera vez que me tope con ella fue en la biblioteca de la escuela. Yo era voluntario en un grupo de alumnos de ultimo año que ayudaban a otros estudiantes recién llegados de otros países con la transición al idioma ingles y a la cultura americana; nos reuníamos los jueves en un salón de la biblioteca. Ese día la asistente de la bibliotecaria la escoltó hasta el salón y luego me dijo - La manda Mr. Lopez, dice que no puede regresar a su clase hasta que aprenda buenos modales, dijo que tú la podías ayudar. - Cerró la puerta y se marcho inmediatamente.
Maricarmen traía puesto un vestidito azul claro de manga corta lo suficientemente escotado como para poder ver el inicio de esos dos melones que tiene por senos y que escondía con dificultad, de hecho, el atuendo se le veía algo ajustado ...
... hasta llegar a la cintura, después la prenda era mas amplia y relajada hasta terminar a la altura de sus rodillas, aunque por atrás el asunto era mas delicado; el vestidito no podía ocultar sus redondas y carnosas nalgas, la mulata estaba tan dura que pareciera que en caso de agacharse un poco reventaría la prenda en mil pedazos; definitivamente mucha mujer para un atuendo de adolescente.
No hace falta describir la cara de pendejo que seguramente tenia yo puesta mientras la admiraba con incredulidad, acaso es que Dios me habría mandado este ángel como premio por no faltar los Domingos a misa?. Después de tragar saliva le pregunte con la poca voz que pude juntar - En qué le puedo ayudar señorita? - de seguro Dios se estaba cagando de risa por las tonterías que mi pito calenturiento me hacia decir. - Ah, señorita dijiste? Ya me estas cayendo bien muchacho - me contesto la muy socarrona - Pues el maestrillo ese de ingles me mando para acá, parece que no le gustó que le hiciera tantas preguntas - me dijo frunciendo el ceño, luego se puso una mano en la cintura y con la otra comenzó a jugar con su cabello chino, me miró de abajo a arriba y me preguntó con picardía y con autoridad - Y a ti, en que te puedo ayudar muchacho? -
Los miembros del grupo soltaron una pequeña carcajada, luego se inclinaron hacia adelante en sus asientos como para no perder detalle de la embarazosa situación, sentía el peso de sus miradas y mi cara parecía un tomate a punto de reventar, con nerviosismo ...