1. La pertenencia (27): La visita


    Fecha: 19/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Miguel.Lopez, Fuente: CuentoRelatos

    Subimos a El Alto en el auto de Felipe, ella en el asiento del copiloto. Él había sido bien instruido en su libreto y le verdad es que no le iba a costar mucho, tenía varios años de experiencia llevando una doble vida. Incluso había inventado una afición al bicicross para justificar los moretones y raspones que le podían ver sus padres en las reuniones familiares o en alguna de las visitas sorpresa que le hacían. Compró una bicicleta cara y se la dio en usufructo a una joven promesa de ese deporte, con la condición de que la guardara en su bodega. La madre no tenía ningún interés en ver a su primogénito arriesgar su vida en peligrosos descensos, pero vivía con el temor de que su padre fuese a visitar un evento, preguntar por él y destapar la farsa. Por eso le urgía casarse y finalmente encontró con quien.
    
    Estacionamos al frente de la casa. Tenían su buena Ford Ranger afuera, en vez de en su patio, bastante grande y con un cobertizo. Solo le faltaba el cartel “No somos pobres tras tu plata”.
    
    Su hermana menor salió a saludarnos, radiante, era su principal aliada. La segunda estaba dispuesta a dejarnos demostrar nuestras buenas intenciones. Entramos por la entrada frontal, la menos usada. La entrada más común era el portón, por ahí también entraban los inquilinos de los pisos superiores. Le habían pedido que viviera en esa semi-independencia y bajara todos los días a trabajar, como tantos otros. Su sueño de que se fuese a instalar allá una vez casada y tener a los nietos ...
    ... cerca se desvanecía. La entrada daba al amplio living-comedor, con muebles raramente descubiertos de sus plásticos protectores, solo para ocasiones especiales como estas. La cara de los padres lo decía todo, no aprobaban de nosotros, para nada, y no estaban a punto de cambiar de opinión. Mientras la madre entró a preparar los platos con la hija menor, el padre nos agasajó con un Johnny Walker etiqueta negra, al que no estaban invitadas sus hijas. Yo con uno quedé listo, pero Felipe se la pudo con uno más y compensó por mi frugalidad.
    
    El caballero no esperó a que empezara la cena para cortar las trivialidades introductorias con un escueto “Bueno…”
    
    “Don Fermín, si me lo permite…”
    
    Asintió con la cabeza.
    
    “Don Fermín, mis intenciones con su hija son serias…”
    
    El hombre era parco en palabras. Lanzó un sonido de baja intensidad en su garganta con la boca cerrada. Un claro “No te creo”.
    
    “Don Fermín, ella es una profesional exitosa, se ha ganado una posición en la sociedad. Este fin de semana la voy a presentar a mis padres.”
    
    Ese anuncio le hizo inclinar la cabeza al lado, en señal de interés.
    
    “Si papá, este sábado en la noche, en la casa de ellos.”
    
    Salió la señora.
    
    “Pasemos a la mesa.” dijo el patriarca. ”Don Felipe, don Matías, adelante.”
    
    Nos sentamos. Andrea nos indicó nuestros puestos. Su padre a la cabecera, Felipe y yo a la diestra, Andrea a la siniestra, luego la hermana del medio, la madre y la menor.
    
    Mientras la señora y la niña nos ponían ...
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