1. Perdido en el campo (2)


    Fecha: 23/04/2024, Categorías: Transexuales Autor: TACOENCAJ_5, Fuente: CuentoRelatos

    Después del primer episodio, solo mantuve unas pocas charlas por celular con Enrique, que así se llama el tipo que me cogió por primera vez. Y las últimas llamadas y mensajes no me los contestó. Me sorprendió porque él parecía muy entusiasmado en verme de nuevo. Yo estaba en un estado de ansiedad permanente. Quería repetir esos momentos pasados a su lado. Pensé en visitarlo por sorpresa, pero no estaba seguro de cómo podía él recibir mi atrevimiento. Y además podía ser que no lo encontrara solo. Entonces ideé un plan que podía resultar... y resultó... ¡terrorífico!
    
    La idea era llegar hasta la entrada de su campo y, sin ingresar al mismo, tratar de ser visto por Enrique. Y un sábado fui a la quinta y me preparé. Tal eran las ganas de verlo, que en una hora ya estaba listo para salir. Un poco de delineador, lápiz de labios, y una peluca rubia, hacían que mi rostro se viera bastante femenino. No era una hermosura, pero era al menos pasable. Me puse ropa interior negra, medias transparentes al tono, y los tacos altos rojos que tanto le habían gustado. Luego una camisita blanca de mangas abullonadas, y una pollera a media pierna de lycra de color gris. Completé mi atavió con un sacón negro de piel sintética. Me dirigí hacia mi auto y partí rumbo al campo de Enrique.
    
    Llegué al lugar sin ningún contratiempo y estacioné frente a la tranquera de entrada. Esperé largo rato, pero no se veía movimiento alguno. Toque un par de veces la bocina, y nada. Intenté comunicarme con él por ...
    ... celu, pero no obtenía respuesta alguna. Con la frustración a cuesta, decidí regresar. Pero esta vez no podía dar la vuelta en su entrada. Había un volquete que ocupaba casi todo el ancho. Decidí buscar más adelante un lugar donde poder girar. A unos metros el camino estaba algo barroso, como me había advertido Enrique la vez anterior. Comencé a sentir temor de quedarme en el barro de nuevo. Por lo tanto, debía tener sumo cuidado.
    
    A unos cincuenta metros de la primera tranquera, y cuando las ruedas habían empezado a patinar bastante, encontré otra entrada. Con cierto alivio comencé a maniobrar para entrar suavemente en ese caminito. Pero el destino estaba a favor del barro y en contra mío. Al patinar en el suelo barroso, la rueda delantera izquierda se metió en la zanja. Desesperado puse el auto en reversa y aceleré a full. En lugar de salir, se siguió deslizando y la rueda derecha también cayó en la zanja. No era muy profunda, pero tenía barro blando y no podía salir. Me quería morir. ¡No podía ser que de nuevo estuviera encajado!
    
    Tembloroso y asustado bajé a ver. Las ruedas estaban enterradas casi hasta la mitad. No podía creer como me había encajado así. Sin ayuda era imposible poder mover el coche. Era digno de una película de terror, y lo que sucedió después, lo confirmó. Lo único que podía hacer era tratar de encontrar a Enrique. Hasta pensé que si lo veía él pensara que lo hice a propósito y se enojara, pero era la única opción que tenía. Fui hasta la tranquera y ...
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