El dulce sabor virginal de mi sobrino Dany (II)
Fecha: 27/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: dradelsexo, Fuente: CuentoRelatos
Mi sobrino aún respiraba agitado. Su vientre sudado cambiaba de tamaño una y otra vez con rapidez. Su grueso miembro decrecía en tamaño hasta que su glande se escondió debajo de la suave piel de su joven prepucio, aun con restos de su dulce semen adornando sus suaves testículos. El sabor de su exquisita leche virginal estaba aún extasiando mis papilas gustativas, mi lengua parecía aferrarse a aquel escaso elixir. Las ultimas gotas remanentes en la comisura de mis labios las recogí lentamente con la punta de mi lengua. Mi pecho lustroso por la combinación de sudor y lubricante, tenía hipnotizado a mi sobrino. Mis majestuosas glándulas mamarias, imponentes como grandes montañas, acaparaban por completo su atención. Nunca había sentido nada igual, tía July -dijo mi sobrino Dany mientras se sentaba en la cama aun recobrando el aliento-. Yo frotaba pasionalmente mis senos, el deseo solo se había acrecentado dentro de mí. Dany parecía comerme con los ojos, sus pupilas estaban llenas de deseo y añoranza.
- ¿Te gustan mi amor? -dije mientras sostenía mis senos levantándolos desde abajo con fuerza, mordiendo mis labios imaginándome los posibles escenarios junto a mi joven sobrino.
-Tus pechos son muy grandes y hermosos tía, desde muy joven lo he pensado, siempre había tenido fantasías con ellos.
Al escuchar eso mi vagina se estremeció y humedeció de inmediato. La sola idea de mi sobrinito fantaseando con mi cuerpo, tocando su falo tan joven y amándome en su mente me había ...
... convertido en una diabla llena de lujuria, una demonio que solo tenía sed de él.
-Un verdadero hombre nunca dice lo que quiere mi amor, un verdadero hombre lo toma -dije mientras tomaba su mano y la posaba en uno de mis senos.
-Ay tía, son muy suaves -dijo mientras su palma inexperta apretaba con torpeza mi seno derecho.
Lo tome suavemente de la nuca, acaricie con ternura su cabello y lo acerque lentamente a mi pezón, que estaba erecto y muy duro, un pezón que ansiaba ser succionado por sus jóvenes labios. El de manera instintiva succiono mi pezón con fuerza como un infante hambriento. La humedad de sus labios me erizaba por completo la piel. Una corriente recorría cada centímetro de mi cuerpo mientras el cómo un niño comía de mi pecho. Lo único malo de ese momento es que él no podría obtener esa dulce recompensa que años atrás salía de mis pezones, mi leche materna. Mis gemidos se escapaban de mis labios involuntariamente, ante aquel frenético ataque de sus jóvenes labios. Su inexperiencia la compensaba con ímpetu y fuerza. Yo respiraba agitada y acariciaba su cabello. No pares mi amor, come de los pechos de tu tía mi cielo -dije mientras lo acercaba aún más a mis senos-. Mi mano se deslizo traviesa a su parte intima. De nuevo estaba vigorosa y podía sentir su temperatura cálida en mi mano. Su grosor que no me permitía rodearla con mis dedos, sus venas que sobresalían haciéndola aún más imponente y digna de respeto. Su prepucio solo cubría la mitad de su glande, rosado ...