1. Cumpliendo la fantasía de B


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Gays Autor: pablodf1977, Fuente: CuentoRelatos

    ... le decía “ahora desnúdate, perra y ponte en cuatro patas”, contestándome “sí, señor” mientras lo hacía. Cuando se desnudó, de inmediato se colocó en cuatro, en ese momento me incliné y le coloqué el collar y la correa, luego tomé su ropa y la puse en mis cosas, enseguida me levanté y al momento, le di un tirón de la correa, ordenándole “camina, perra”, sin dejar de jalarla.
    
    Ella no me respondió, sólo empezó a caminar en cuatro patas, pudiendo notar cómo jadeaba por la vergüenza y por la excitación, así subimos las escaleras hasta que entramos a la habitación, dejándola en el centro de la misma mientras sacaba las esposas de tela que siempre utilizo. Posteriormente, me agaché para colocárselas y cuando terminé, pasé mi mano por su vagina, indicándole “ya estás mojada como perra en celo” mientras le metía un dedo en su vagina, a lo que me respondió sin levantar la cabeza “desde que iba camino a la plaza estaba así, señor”.
    
    Mientras le jalaba su cabello para levantarle su cara, le comenté “muy bien, perra, esta vez no estás aquí para complacerte, estás aquí para que me complazca con tu cuerpo de la forma que quiera” y me contestó “sí, señor, solo para eso vine”. Enseguida regresé a mis cosas, para sacar el gag, entonces me le acerqué de nuevo y se lo coloqué, ella sólo levantó la cabeza mientras lo hacía y cuando terminé de hacerlo, de inmediato volvió a bajarla, luego me levanté de nuevo y empecé a quitarme el cinturón, diciéndole “ahora, perra, voy a azotar ese culo ...
    ... que tienes como debieron hacerlo hecho desde hace mucho tiempo”.
    
    Agarré el cinturón y empecé a azotarla, pero a cada uno, ella sólo daba un gemido, sin moverse hasta que poco a poco, le di hasta 15 azotes; cuando terminé, su culo estaba rojo y seguía gimiendo y babeando a causa del gag, entonces me agaché y acariciándole sus nalgas, le di una fuerte palmada en estas, lo que ocasionó que diera un gemido más fuerte. A continuación, tomé la correa y la jalé para llevarla a la cama, agachándome para tomarla de la cintura, así la levanté y la puse empinada sobre la cama, tomándole sus manos para esposarle sus muñecas por la espalda, susurrándole al oído “así no podrás oponerte a lo que deseé, perra”.
    
    Luego, me coloqué atrás de ella, me quité el pantalón y me puse un condón, enseguida le puse mi verga en su ano y empecé a penetrarla de un solo empujón, al instante ella dio un fuerte gemido y en ese momento, apoyé una de mis manos en su espalda, para impedirle cualquier movimiento y seguí penetrándola. Al tiempo que lo hacía, le gritaba mientras no dejaba de penetrarle su ano “este culo de puta que tienes ya es mío, voy a usarlo siempre que quiera, no como el pendejo de tu esposo que no quiere ni tocarlo”, ella sólo gemía, pero su fuerza fue disminuyendo, indicando que el dolor había pasado y empezaba a disfrutarlo.
    
    En un instante dado, le saqué mi verga de su ano y me quité el condón, luego lo aventé a la basura, enseguida la subí a la cama, quedando con la cara sobre el ...