1. Me desvirgaste… cabrón


    Fecha: 05/05/2024, Categorías: No Consentido Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Sabía que yo era su amor platónico porque así Rose Mary se lo había expresado a unas de mis asistentes en el departamento de contabilidad y desde que la conocí a la edad de los 18 años, sentí que a esta chiquitita de solo 1:50 metros o algo así, mantuvo algo así como un “crush” conmigo.
    
    Rose Mary trabajaba en ocasiones indirectamente conmigo, pues su padre tenía una oficina de contaduría publica y ella por ese tiempo estaba estudiando en la universidad esa misma academia para continuar ese mismo legado que establecía su padre. Ellos nos daban servicio de auditoria en varios sectores de la compañía. Realmente solo la miraba unas tres o cuatro veces al año, pero podía sentir que esta niña siempre intentaba acercarse o estar en contacto conmigo. Una vez me invitó a cenar y como plática ella me preguntó ¿por qué no me había vuelto a casar? Todas nuestras conversaciones fueron de ambiente laboral y esto se salía de la norma, pero todo se conllevaba con mutuo respeto. Ese día en forma de broma le dije que me volvería a casar sí en todo caso ella me aceptara como su novio, a lo que correspondió con otra broma: Mire lo alto que usted es y yo a la par suya parezco su llavero.
    
    La verdad que Rose Mary era una chica muy petit, que apenas me llegaba al hombro vistiendo zapatos de tacón. Pero la verdad que era una chica atractiva de carita alargada y unas cuantas pecas en su rostro de piel clara. Siempre llevaba el cabello largo con esos flecos a los lados y regularmente usando ...
    ... anteojos oscuros. Se vestía recatadamente, nunca groseramente provocativa, pero si dijera que algunas veces con un toque de sensualidad. Su cuerpo petit estaba bien proporcionado en un balance de sus pechos redonditos con un culito también redondito que se podía apreciar cuando usaba esos pantalones ejecutivos. No debería de sobrepasar las 110 libras cuanto mucho.
    
    Anécdotas con esta niña tengo algunas, pero lo que les quiero relatar es lo que sucedió en esa época de navidad del año del 2004 cuando yo tenía mis 37 años y esta linda niña acaba de cumplir sus 21. A esa edad, ella se había convertido en nuestra auditora y era muy buena, al punto que con su padre ya no había comunicación y sus asistentes le doblaban su edad. Se acababa de graduar pero continuaría para adquirir una maestría en el mismo ramo. Sus invitaciones a cenar o almorzar las tomaba como parte comercial en agradecimiento por continuar con su compañía de contabilidad, aunque también sospechaba lo que relaté anteriormente, pues podía sentir esas feromonas que se fundían a las mías.
    
    En aquella cena Rose Mary quería asegurar cuatro años más de contrato, lo que ya era todo un hecho, pues veníamos funcionando con ellos por los últimos 12 años. Todo estaba consultado al punto que para aquella cena solo estábamos los dos y el contrato lo habíamos dejado en la oficina. Terminamos la cena y Rose Mary quien conducía, iba feliz y alegre pues aquel contrato suponía varios de cientos de miles de dólares para su compañía. ...
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