1. Papá me da leche


    Fecha: 08/05/2024, Categorías: Incesto Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojos le cogí su pene. Le pregunté ¿papá, por qué esta duro?
    
    Empezó a balbucear. No sabía que responder y seguí agarrándoselo por sobre su pantalón. Sentía en mis manos que era muy grande y que estaba muy duro. Yo moría de deseo y era obvio que él también. Pero él no se decidía a nada.
    
    De pronto, el hombre venció al papá. Y sentí sus manos, ambas, coger con firmeza mi culo. Era lo que esperaba. Busqué sus labios y lo besé. Sentí como sus manos expertas bajaban mi tanga y me dejaban el culo libre. Sentí sus dedos explorando mi coño húmedo. Los sentí entrar en mi coño. Sentí como uno de sus dedos jugaba con mi culito. Lo sentí entrar atrás. Yo me dejaba hacer.
    
    Tras unos instantes. Papi me cargó y me llevó a mi habitación. Me tiró sobre la cama. Se desabrochó el pantalón y se lo bajó. Se bajó el bóxer y dejo al descubierto su pene duro, tieso, enorme. Quería ya ser su mujer.
    
    Me dijo “ponte en 4 patas”. Lo obedecí. Me puse en 4 patas al borde de la cama. Se puso detrás de mí, acomodó mis piernas con sus manos, separándolas más de lo que yo había hecho. Sentí sus dedos un instante en mi vagina y de pronto sentí como empezó a penetrarme. Su pene grande me fue llenando poco a poco, centímetro a centímetro.
    
    Comenzó a disfrutarme como hombre a ...
    ... hembra, me sentí su perra. Comenzó a decirme “que estrechita estás”. Para semejante pene, seguro lo estaba. Repetía y repetía “estrechita, estrechita”.
    
    Yo disfrutaba mucho, estaba a morir de placer y de pronto dijo “uff, más estrechita que tu mamá”. Con esas palabras me aceleré y empecé a venirme, el siguió “más puta que tu mamá” y me vine con esas palabras. El gemía y disfrutaba mi venida.
    
    Tras unos minutos más, me la sacó. Se separó de mí y se sentó en la silla que había en mi habitación. Me dijo “ven mi amor, siéntate en las piernas de papito”. Me levanté de la cama, me acerqué a él y me senté sobre él, de espaldas. Sentí como se metió toda, completa, en una sola. Sentía que me rompía, pero me levantaba y me dejaba caer sobre él.
    
    Me fui acelerando hasta llegar nuevamente. Mi papito se puso como loco con mi segunda venida. Sentí que él se venía. El sintió lo mismo. Me dijo “hijita, toma tu leche”.
    
    Me levanté. Me arrodillé frente a papito. Me puse su pene en la boca. En instantes se vino. Sentí como su leche llenaba mi boca, el sólo me decía “hijita, hijita”. Me la tomé. Le limpie su pene con mi lengua. Era ya su mujer. Con el tiempo lo hicimos no pocas veces, seguro tampoco muchas. Pero cada vez que fue delicioso y cada vez más intenso y profundo. 
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