1. Mi padrino me enseña a coger


    Fecha: 09/05/2024, Categorías: Incesto Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    —Te juro que es un tipo increíble, hace un mes que salimos. Me vuela la cabeza cada vez que me hace el amor, nunca he gozado tanto, me he sentido tan plena como con él. Tiene 45 años, me importa un carajo que me lleve 20 años, y si lo ves, ni pensas que puede hacerme mierda como me hace.
    
    —Juli, nos conocemos, siempre dijiste que tenías buen sexo con tus parejas, con las dos que te conocí. Dije.
    
    —Es que yo pensaba eso Zoe, pero ahora descubrí que no, que ni siquiera estaba cerca de saber lo que era el placer. Te juro que me encantaría que lo conozcas, aunque sea para charlar, porque encima eso, es un tipo super agradable, sabe un montón, es educado, mmm, me excito solo de pensar en él. Y te aclaro, no es que tenga una verga fenomenal, nada que ver. Es un todo.
    
    —¿Cómo lo conociste, como empezó todo?
    
    —Muy loco. Una noche yo había salido con unas chicas del trabajo, fuimos un bar, empezamos a tomar, yo esa tarde había discutido con Iván y estaba amargada, las chicas se empezaron a ir con chicos, yo ni ahí. Él estaba en la barra. Era el menos apetecible de todos. Lo encaré. Fui y le dije: “¿Vamos?” Me dijo que sí, y subimos a su auto. Le dije de ir a mi departamento. Me tuvo que ayudar a caminar, un desastre. Lo último que me acuerdo es estar vomitando y el ayudándome.
    
    Cuando desperté estaba en mi cama, solo tenía la tanga y el brazier. Pensé ¿que cagada, con quien me acosté?
    
    Iba al baño, cuando lo veo sentado en un sillón, sonriendo. Por suerte me acorde de ...
    ... su cara. En el baño me puse la bata de toalla y fui con él. Me saludó con la mano. Le pregunté si habíamos tenido intimidad. Me dijo que no.
    
    Le pregunte por qué: “No me gusta abusar de una mujer.” Fue su respuesta. Le pregunté por qué no se había ido: “No quería que pienses cualquiera, me quede para que estés tranquila.”
    
    Desayunamos juntos, y me emborrache, pero con sus modos, su educación, del cuidado que tuvo para conmigo. Me empecé a excitar, y se lo dije. Sonrió y me dijo que era hora que se fuera. Le pedí por favor que me haga el amor. Y me lo hizo. De una forma que nunca me lo habían hecho. Ahí descubrí que era ser una mujer, como goza una mujer. Y no fue una, fueron tres veces. Almorzamos y cenamos juntos. Se fue cuando yo me iba a trabajar. Ya estaba totalmente enamorada de él.
    
    —No lo puedo creer, te escucho y no puedo creer como estás. ¿Por qué no armas algo y voy con Fran, él no tiene por qué saber nada? Pregunté.
    
    —Dale, hoy lo charlo y si no tiene problema el viernes vienen a cenar a casa. Dijo mi amiga.
    
    —Genial.
    
    Juliana era una amiga y compañera de secundario. Era bonita sin ser una bomba, adelgazando un par de kilos, seguramente muchos más hombres la cortejarían. Yo era parecida, casi un metro setenta, pechos no muy grandes, una linda cola y un par de kilos mal ubicados.
    
    Yo estaba saliendo con un chico hacía seis meses, y nunca terminaba de despegar como noviazgo. Era algo que me frustraba. Teníamos sexo, claro. Y la pasábamos bien, aunque ...
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