Mi padrino me enseña a coger
Fecha: 09/05/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
... siempre creí que la podíamos pasar mejor.
Cuando llegamos al departamento de Juli, nunca imagine lo que el destino me depararía.
—Hola, pasen chicos, mi novio está en la cocina.
—Amor, llegaron Zoe y Fran.
Se abrió la puerta de la cocina y apareció mi padrino Quique, Enrique.
—Hola Quique, ¿Cómo andas? Dije sonriéndome.
—Zoe, querida. Que alegría verte. Esto sí que no lo esperaba. Flor de sorpresa. Dijo Quique.
—Y para mí, ni te cuento.
—Veo que se conocen. Dijo sorprendida Juli.
—Si Juli, es Enrique, o Quique, o como lo llamaba cuando era chica, Tío Quique. Es primo de mi vieja y mi padrino.
—Ah bueno. Dijo Juli poniéndose colorada.
—Tranquila, no hay problema.
Obviamente mucho más no hablamos de la relación y nosotras evitamos cualquier comentario sobre la charla que tuvimos. Cuando terminamos de cenar, con Juli levantamos los platos y en la cocina me dijo:
—Boluda, que vergüenza, perdoname, no imaginaba que era tu padrino.
—Juli, nada de que avergonzarse. Además él es un tipo soltero. No están haciendo nada malo.
Cuando nos fuimos del departamento de Juli, nos despedimos con un beso y mi padrino me guiño un ojo. De allí directo a mi departamento, y hacer el amor, con Fran, fue horrible. No podía sacarme de la cabeza mi padrino, lo que me había contado Juli y pensar lo que ella estaría gozando en ese momento. Y yo con algo que entraba y salía de mi vagina, y me molestaba.
Al día siguiente estuve pensando en Quique todo el ...
... día. No solo era mi padrino, se había transformado en un amigo, un consejero con el paso de los años y mi edad. Cuando abrí el negocio, él fue quien me apoyo, me guio con los tramites. Siempre teníamos charlas, y ahí me di cuenta que nunca de sexo. No pasaba semana sin que lo viera o lo llamara por algo. Siempre estaba para darme una mano, un consejo, una palabra de aliento.
Quique era un hombre de mi estatura, semi calvo, con buenas facciones, no delgado, pero a favor, super amable, educado y con un carisma especial. Nunca le conocimos novias en la familia, tenía un negocio que funcionaba muy bien y vivía muy bien.
—Hola Quique.
—Zoe, ¿Cómo estás?
—Y… sorprendida, no te lo voy a negar. ¿Vas a estar ocupado hoy?
—Si, vamos con Juli a ver una obra de teatro. ¿Queres venir, te invito?
—No gracias, no quiero ser una molesta. Quería invitarte a charlar y cenar. Nada serio.
—Que pena. Escuchame, Venite mañana al mediodía a almorzar a casa, voy a estar solo.
Cuando llegue a su departamento, faltaba para el mediodía, pero mi ansiedad podía más.
—Viniste temprano, ¿queres un café?
—No, un whisky. Dije.
—Zoe, no son las once de la mañana, no es hora de un whisky.
—Entonces medio.
Me sirvió media medida, me dio el vaso y se sentó enfrente de mí.
—No estás bien, nunca te vi tomar a esta hora. ¿Qué pasa Zoe?
—Pasa que te estas cogiendo a una amiga de mi edad, a quien conozco mucho, hemos estado en una cama con dos tipos juntas, y me dice que esta ...