Historias de un matrimonio cornudo (II)
Fecha: 14/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: cuernosFelices, Fuente: CuentoRelatos
... excité y me preocupé, le pregunté si le había gustado y ella de inmediato me contestó que contrario a lo que se pensaría esa cachetada inicial, el escupitajo y el dolor en la nuca por tenerla tomada del cabello hizo que se mojara completamente, que hasta sintió un pequeño orgasmo, aunque todavía faltaba mucho más.
Me contó que ella obedientemente se levantó y lo siguió a la habitación, Eder la besó muy apasionadamente en la boca mientras le agarraba las nalgas con mucha fuerza, después la tomó de nuevo del cabello y le dijo: “putita bájate por lo que viniste a buscar” y la puso de rodillas frente a él, mi esposa toda turbada y confundida por el beso y después la agresividad se quedó pasmada y el cabrón le dio tremenda cachetada de nuevo y le dijo “no te hagas pendeja, que a eso viniste” y ella obedientemente se la empezó a chupar, mientras él la tomaba de la cabeza para controlar el ritmo de la mamada, ella no estaba acostumbrada a hacerlo tan fuerte, que se atragantaba con cada embestida de Eder, sin embargo, estaba tan excitada que aguantó todo hasta que él le dijo que ya era suficiente, la volvió a tomar del cabello (ella se quejaba, aunque me dijo que no con mucha convicción) y la aventó a la cama, después empezó a desnudarla pero de forma muy, muy agresiva, le rompió las pantimedias, le rompió una manga del saco para quitárselo, todos los botones de la blusa también para quitársela y solo la dejó con la mini y la tanga, todo eso mientras la besaba bruscamente y la ...
... manoseaba toda. ya con mi esposa en esa condición la acostó boca arriba, le abrió las piernas y se la clavó durísimo, de una estocada hasta los huevos, pero me dijo que estaba tan caliente y mojada que no le dolió, así que solo gimió, pero Eder le empezó de nuevo a dar de cachetadas y escupirle mientras la penetraba fuerte, ahí mi esposa me cuenta que pierde completamente el control y en lugar de que le dolieran o se sintiera mal, se las empezó a regresar, que al principio Eder se desconcertó, no esperaba que mi mujer también le diera de cachetadas, pero no solo se pegaban (y me contó que cada vez lo hacían más fuerte), sino que se empezaron a insultar, Eder le decía que era una zorra, una puta regalada, una nalgas fáciles y demás lindezas, en cambio mi mujer le decía, que era un pendejo impotente, hijo de puta, que le diera más duro, que le demostrara lo macho que era.
Así estuvieron hasta que Eder en lugar de seguirla cacheteando le tomó las manos por encima de la cabeza y se la seguía clavando con todo, aunque mi mujer siempre le seguía llamando “hijo de puta, hijo de puta”. Eder también aprovechó que mi esposa se calmó para morderle el cuello, las tetas y los pezones, y aunque mi esposa me dijo que le dolía, estaba demasiado excitada para notarlo.
Después de un buen rato de que Eder la tuvo de misionero, la volvió a tomar del cabello y la puso de perrito, en ese momento mi esposa ya no peleaba, solo se dejaba para disfrutar lo máximo posible, aunque el cabrón le decía ...