Mi pareja, su hija y la nuera (II) - Relatos Eróticos

Mi pareja, su hija y la nuera (II)

... me gusta lo que veo

Rápidamente retiro la mano dejando su culo al descubierto, aunque no se veía mucho.

-Aunque bien pensado Inés, ya que tú nos has visto a los dos casi desnudos o desnudos, lo mejor es que te quites la camiseta, y asi quedamos empatados.

En ese momento se quedo parada, pero la que más se sorprendió con mis palabras fue Triana, porque por primera vez se movió se llevo su mano a la boca, como intentando evitar que se le escapara algo.

No tardo en reaccionar y sin hablar se quitó la camiseta, quedándose totalmente desnuda, aunque yo solo veía su culo y espalda, y en seguida se puso a la tarea que le había encomendado de depilar a su suegra.

Yo ahí quise poner las cartas sobre la mesa.

-Mientras la depilas, me gustaria aclarar y dejar las cosas claras, se desde hace tiempo (esto era mentira, porque solo hacia unas horas que lo sabía), que las dos sois sumisas, no me preguntéis como lo sé, porque eso lo sabréis a su debido tiempo. Asi que ¿para que escondernos?, como veis MI PERRA, también lo es, y vosotras dos habéis ayudado y mucho a que ella haya dado este paso.

Sois libres las dos de hacer lo que queráis, pero esta es la casa de MI PERRA, y, por lo tanto, ella en mi presencia va a portarse como lo que es, y si os molesta cuando yo este, vosotras os iréis a vuestro cuarto o donde queráis, ¿estamos de acuerdo?

Mire a Triana, que solo se limito a asentir con la cabeza.

-Contesta bien, ¿o es que no te han educado?

-Triana. -Si ...

... Señor, asi será.

Me gusto, porque sus palabras me decían que estaba entrando en el juego, aunque aún le costaba.

-Inés. -Si Señor asi será.

De Inés ya lo esperaba, porque estaba deseando que la usara, desde que la vi a través del espejo sabia que me pertenecía, pero yo las quería a las dos, tampoco quería que, por mí, ellas rompieran o tuvieran malos rollos, se por experiencia que eso no acaba bien.

Esta conversación y lo que estaba viendo ya me tenia otra vez empalmado, me levante y me puse frente a Inés, y por primera vez vi y contemple unos pechos perfectos, duros, y unos pezones grandes y tiesos, ademas comprobé que su coño estaba depilado y brillante, estaba muy excitada, estaba a punto, pero primero quería a Triana.

- ¿Que te queda, para terminar con MI PERRA?

-Inés. -Solo limpiarlo Señor.

-No lo limpies, quiero que lo haga Triana, u os vais a vuestro cuarto o donde queráis.

En ese momento las tres me miraron fijamente, aunque en mí, solo vieron determinación.

La cara de MI PERRA era un poema, aunque su respiración la delataba, y estaba muy excitada, solo se limito a mirarme y asentir, la verdad es que desde que se sentó a mis pies no había abierto la boca, solo esperaba acontecimientos, pero se sentía bien, eso si que se le veía en la cara.

Inés solo volvió la mirada hacia Triana, esperando algún gesto por su parte, aunque esta aun se encontraba paralizada, por lo que Inés se dirigió a ella.

-Inés. -A que esperas?, llevamos mucho tiempo ...