1. Esta perversión que hace que nos olvidemos de todo


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Confesiones Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    Ese cuarto es nuestro lugar, nuestro secreto ni Román ni Mónica saben de lo que tú y yo tenemos. Tú no pretendes dejarlo a él y yo no pretendo dejarla a ella somos como una especie de cómplices en esta aventura solo nuestra.
    
    Bueno sé que dos o tres amigas tuyas saben de lo nuestro y una que otra compañera del trabajo ha notado como se me pone dura cuando hablo contigo por teléfono, una, me ayudo con unas fotos que alguna vez te mande, algunos dirán que somos unos sinvergüenzas eso no nos importa.
    
    De esta perversión que hace que nos olvidemos de nuestras familias cada que nos encontramos, de esas cuerdas que cubren tú cuerpo, de esa cera que quema tú piel y que mojan tú entrepierna, de esas órdenes que te gusta seguir. Y aquí estamos de nuevo tú atada a mi antojo y dispuesta para nuestro placer…
    
    Llegaste temprano tal como habíamos acordado hacía frío y traías un abrigo largo hasta media pierna el pelo suelto y los tacones que sabes me gustan como hacen que te luzca el trasero. Entraste y platicamos un poco en lo que nos tomamos un trago.
    
    Viste la cruz improvisada que había en la habitación, no somos profesionales en esto, solo nos dedicamos a darnos amor. Arme la cruz una tarde y cada que atornillaba un tornillo me parecía que era yo penetrándote (lo sé es perturbador) Lije la madera y le puse una fina capa de esponja la forre de cuero y le puse sus correas en cada una de las esquinas y una en el medio para tu cintura.
    
    Me acerque a ti y desabotone tu abrigo ...
    ... mientras miraba tus ojos lo deje caer por tu piel viendo como acariciaba tu cuerpo, debajo no traías nada pude notar que esta vez ibas depilada de todo el cuerpo tal vez no querías que jalara tu vello púbico como la última vez no tienes de que preocuparte, hoy tengo otros planes para esa zona
    
    (Pensar eso me hizo sonreír) viste la sonrisa en mi rostro y diste un trago a tu bebida.
    
    —Me gusta así sin nada
    
    —sabía que te iba a gustar
    
    —tal vez hoy sea el día de usar la cera y como no tengo donde jalar tu bello ese es un buen lugar para comenzar.
    
    Lo primero que hice fue darte una señal para que te hincaras antes de ponerte tu collar, a la vez que me besaste el pene por encima del pantalón al tiempo que lo puse en tu cuello y lo ajuste a ti lo más cerca de tu piel que se pudo. En cuatro me seguiste a nuestra mesa de juegos te volviste a arrodillar y lentamente viendo mis ojos desabrochaste mi pantalón y sacaste mi verga la metiste en tu boca mi verga empezó a engordar y a creer dentro de tu cálida y experta boca.
    
    En poco tiempo ya lo tenías en tu garganta y mis manos sostenían tu cabeza haciendo que te faltara un poco el aire solté tu cabeza y te puse en pie te recostaste boca abajo esperando te amarrara en la mesa sabías lo que seguía no te amarre esta vez, pero con unas nalgadas que pusieron tu trasero rojo te levante de la mesa y te dije que subieras en ella y te recostaras sobre en ella te vende los ojos, saque una pequeña carretilla de puntas agudas y empecé a ...
«123»