1. El nuevo amor


    Fecha: 21/05/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... Remedios, descubrió que era más joven de lo que había pensado, supo de la triste historia familiar que la había llevado a vivir en la intemperie. Ya en casa de Manuel, Remedios se duchó, se puso un pijama limpio de Manuel y se sentó a comer. Después, a la hora de la siesta, Manuel le hizo sitio en la única cama que había en su casa y se quedaron dormidos. Durmieron mucho, tanto que se hizo de noche. Manuel se despertó. Notó la presencia de Remedios. Apartó las sábanas para destaparla; fue como desenvolver un regalo: su sorpresa se volvió ilusión al contemplar aquel cuerpo joven y vigoroso junto a él. Las tetas de Remedios desbordaban la abotonadura del pijama, entreviéndose los oscuros pezones. Manuel bajó un poco los pantalones de Remedios para ver su chocho: era grande, negro, más negro en la semioscuridad del dormitorio, apenas iluminado por una lamparita de noche. Manuel se empalmó. "No, no", pensó, "no pienso violarla, mañana se verá"; y volvió a dormirse.
    
    "Tengo hambre", se oyó la voz suave de Remedios. Manuel entornó los párpados: era de día. "Mucha hambre", pudo oír, esta vez con claridad, Manuel. Lo siguiente que oyó fueron los chasquidos del chupeteo, el de la saliva en la boca de Remedios, cada vez que metía la polla de Manuel en su boca y la sacaba; oyó los gemidos: "Hum, humm, hummm". "Remedios, Remedios", roncaba Manuel mientras la mamada avanzaba hacia su feliz final. El semen salió despedido dentro de la boca de ...
    ... Remedios, que, alzando la cabeza, luego mirando al techo, engulló relamiéndose.
    
    Pero regresemos al presente, o, mejor, vayamos al futuro. Ahora, Remedios y Manuel están casados. Manuel no deja de admirar a Remedios, Manuel adora el cuerpo de Remedios también. Sin embargo, Remedios en la actualidad ocupa el puesto de redactora en un periódico local de prestigio, lo que la hace más inaccesible. Remedios se codea con gente de la cultura y el ocio, de la política y la economía, constantemente interesada en que le concedan entrevistas. Manuel vuelve a pasear, la mayor parte de las veces sin rumbo, por las calles de la ciudad. Manuel ha visto en un semáforo a una mujer que hace malabares. La mujer viste andrajos, pero en la cara se le adivina su desclasamiento. Tiene un cutis fino, una mirada desafiante. Manuel se acerca y habla con ella. Para este nuevo amor necesita otra casa.
    
    Querida malabarista, no tengo otro sitio al que llevarte que no sea mi imaginación; así que aplícate. Quítate los andrajos. Descálzate las sandalias. Abrázate fuerte a mi y siente mi polla crecer. Los besos que te doy en los labios también te los doy en el coño, y meto dos dedos buscando tu clítoris. Y noto que te corres y escucho tu orgasmo. Entonces me chupas la polla para ponérmela dura, porque quieres que te folle bien, porque quieres darme placer al mismo tiempo que yo te lo doy. Y tus tetas tiemblan bajo mi torso, y tus gemidos alientan mi eyaculación. 
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