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Morena (Parte 2 de 2)
Fecha: 21/10/2018, Categorías: Transexuales Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
Traté de enderezarla, pero evidentemente el dolor se lo impedía, casi arrastrándose llego a uno de los cajones de la mesada, lo abrió y tomó un frasco de pastillas, sacó un par y las tragó de repente, le acerqué un vaso de agua y la ayudé a beber. Estaba desconcertada, en esos momentos que una no sabe qué hacer, solo tomé el frasco y adiviné que era un poderoso calmante, recordaba haberlo visto entre todas las cosas que Milton manejaba. En unos minutos las pastillas fueron haciendo efecto y Morena comenzó a recuperarse, los colores volvieron a su rostro y la situación pareció normalizarse. Le pregunté si quería que llamara un médico, eran las dos de la mañana, pero tenía muchos colegas de mi esposo a los que podía acudir, ella sonrió y agradeció mi propuesta desestimándola. Volvimos al comedor y nos sentamos frente a frente, ella quería contarme algo, y yo ahora quería saber, me tomó de las manos y me dijo con lágrimas en los ojos -Valeria, no sabía cómo decírtelo, si me preguntas… no quiero decírtelo… -Que pasa Morena… Se encogió de hombros, bajó la mirada y en un susurró apenas unible dejó escapar entres sus labios -Tengo cáncer… -Qué? me estás jodiendo – no podía creer lo que escuchaba… -Ojalá bromeara… ojalá… -Pero… que cáncer? Donde? Se puede tratar? Cuando te enteraste… Preguntaba, solo preguntaba tirando una pregunta tras otra, sin dar tiempo a responder… Ella volvió a sonreír, con una sonrisa resignada. -Bueno, hace un ...
... tiempo me encontraron células malignas en los pulmones, el cigarro, ya sabes, pero hace poco notaron que se propagó al páncreas y a la cabeza… -Pero… pero… se puede tratar, hablemos con Milton, él sabrá que hacer, seguro se puede hacer algo… -Valeria, Valeria! – cortó mis palabras para tomar el control y hacer que yo prestara atención – escuchaste donde lo tengo? de verdad crees que se puede hacer algo? -No puedo creerlo… y cuánto tiempo te dan? -Como máximo… dos años… Morena tomó un nuevo cigarro, lo encendió y dio una profunda pitada, ese puto cigarro que la llevaba a la tumba, me enojé con ella, se lo arranqué de la boca y lo tiré al piso, quería abrazarla y quería golpearla… no sabía qué hacer, me puse a llorar como una chiquilla… Ella se acercó y me abrazó, me contuvo acariciándome el cabello, me dijo que no llorara, que no la hiciera poner mal, mi cabeza estaba apoyada en su pecho, sentía latir su corazón y sus pulmones llenarse de aire, Morena, Morena… cuantas veces le había dicho que no fumara… Y sentí deseos de hacerle el amor, pero como decírselo, pensaría que lo hacía por lástima, por compasión, un premio consuelo a una moribunda, a alguien que vivió enamorada de mí y que yo no había podido corresponder. Solo besé su pecho, cerca del cuello, embriagándome con su perfume, ella no dijo nada, y otra vez y una vez más, y otro beso en su pera, llegué a sus labios, sentí su respiración agitada, después de años nos besamos nuevamente, su lengua invadió mi ...