Mi tía, mi prima y la montaña (6): El padre de Marta
Fecha: 01/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... una respuesta adecuada pues fue él el que volvió a hablar.
—Ahí tienes whisky y hielos. Tómate una copa tranquilo que voy a echarle una mano al pastelillo!
Dijo guiñándome un ojo y se fue a la cocina. Estaba bastante nervioso y me lancé a por el whisky. Me lo puse en un vaso ancho lleno de hielo y sin dejar que se enfriara le di un buen trago. Sentí que hablaban, pero no podía entenderlos. La curiosidad, el morbo y la falta de sensatez provocaron que me acercara para intentan escuchar. Cuando ya pude oírlos era Marta la que hablaba.
—Ufff, ha sido genial papá! No veas cómo me he puesto de guarrilla, jijiji!
—Y él, que tal! Se ha portado?
—Síii! Se ha puesto como un toro, más que tío Nico, jijiji!
—Más? Jajaja, que bueno! Seguro que le ha encantado este culito!
Oí un chasquido y sin pensarlo asomé un ojo. Marta estaba frente a una olla dándole vueltas con un cucharón, y su padre le había levantado el corto vestido y la acababa de dar un azote.
—Pues si que le ha gustado, pero no le ha dado tiempo a probarlo, jijiji!
Mientras Marta hablaba vi como su padre la sobaba el culo tras ella con una de sus grandes manos.
—Es que tienes un culo precioso, y esto aún más!
Dijo metiéndole la mano entre las piernas para pasársela por todo el coño.
—Ufff, me vas a poner calentita, jijiji!
—Y no quieres? Dijo volviendo a pasarle la mano.
—Claro que quiero! Ya sabes cómo me gusta!
Marta abrió más las piernas y su padre se sacó la polla que ya la ...
... tenía como un martillo pilón. Le bajó las bragas lo suficiente para dejar su coño a la vista.
—Como me gusta esta melena que tienes!
—Y a mi que me la toques, ummm!
Orientó su capullo hinchado, que parecía un pequeño tomate sonrosado, en el centro de la raja.
—Quieres?
—Ufff, lo estoy deseando!
Apretó lentamente al oír la aprobación de su hija y pude ver cómo le insertaba la enorme polla.
—Ufff! Cómo está de rica!
Susurró Marta inclinándose algo más. Su padre la agarró con una mano de la cadera y con la otra de la coleta que llevaba en el pelo y comenzó a bombear. Al principio lo hizo despacio, era como un suave balanceo. Parecía un jinete montando una yegua agarrado a su crin.
—Te gusta hija?
—Ufff, mucho!
—Te gusta mi polla?
—Ahhh, me encanta tu polla!
—Y como te pone mi polla?
—Muy puta!
Yo estaba alucinando, aquello parecía como un guion que se hubieran aprendido. Tenía el vaso en la mano y volví a darle otro buen trago. Podría decir que mi polla volvió a estirarse, pero no sería cierto, porque realmente no me había bajado.
Pedro comenzó a bombear más deprisa y sus huevos empezaron a sonar contra los muslos de su hija. No dejaba de hablar, el guion parecía ser largo.
—Te gusta ponerte puta!
—Me gusta ponerme muy puta, y tú polla me pone así!
—A mi sí que me gusta ponerte así de puta!
—Vamos cabron, dame fuerte!
Podía ver la gorda polla entrar entre la mata de pelo hasta perderse en lo más profundo. Estaba claro ...