1. Rosa la madura deseada (2)


    Fecha: 03/06/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos

    Rosa Maria me fascinaba, dada dia me volvia mas loco por ella y después del rico sexo que tuvimos esperaba con ansias volverlo a repetir.
    
    Lamentablemente apareció Ángel, un compañero que desde que llegó no hacía más que seguirla y poco a poco consiguió que ella se interesara en él, si algo tengo es que cuando me dicen no o me ponen la barrera me hago a un lado y así lo hice.
    
    Pero una tarde los dos nos quedamos solos, no se porque ni lo recuerdo, el caso es que quedamos ella y yo, un enorme silencio se apoderaba del lugar y pese a ser dos áreas distintas compartimos el mismo espacio.
    
    Fue ella quien se acercó a mí para romper el hielo, honestamente yo no lo esperaba, con su pantalón super entallado que se le paraban riquísimo las nalgas, se paró a lado mio y me dijo…
    
    R: ¿Porque ya no me hablas?
    
    O: Si te hablo o ¿a qué te refieres?
    
    R: Desde hace tiempo tu has cambiado conmigo y no se porque ¿te hice algo?
    
    O: ¡¡No!! tu eres un amor, simplemente que respeto ¡las relaciones!
    
    R: ¿Relaciones? ¿De qué me hablas?
    
    O: Pues tu y Angel, están saliendo ¿no?
    
    Ella se quedó en silencio unos segundos mirando el piso y después me respondió.
    
    R: Pues salir como tal no, pero ¡si me gusta estar con él!
    
    O: Lo ves, ¡qué tal si te incomoda mi presencia!
    
    R: Oswaldo, somos amigos, porque incomodarias?
    
    Me puse de pie, me acerqué a ella y la tomé de la cintura para poder decirle algunas cosas.
    
    O: Sabes que te veo más que una amiga, no voy a ocultar mi deseo ...
    ... por ti.
    
    R: ¡Pero tu tienes novia!
    
    O: ¿Y eso que? ¿Acaso tu puedes controlar tus instintos?
    
    Ella se fue a su lugar y yo seguí en lo mio, pense que se había ofendido pero no hice nada por disculparme, creí que no sería necesario. Nuevamente el silencio adorna el lugar hasta la hora de salida en donde apague mis cosas y me dispuse a salir cuando fui abordado nuevamente por ella.
    
    R: ¡Esperame, vámonos juntos!
    
    O: Pero yo voy por otro camino, o ¿acaso me conviene acompañarte?
    
    R: No sé, vamos por un café.
    
    Acepte ir con ella, entramos a un café y conversamos por un rato, ella seguía negando su relación con Ángel y yo seguía teniendo más y más ganas de cogermela, fue entonces que me hice la victima, me sentí ofendido y le dije que ya me iba que lo mejor era no hablarnos nunca mas, en eso ella me detuvo.
    
    R: Espera Oswaldo, ¡no te vayas así!
    
    O: Lo siento, ya no tengo razones para acompañarte, la única que queda es el enorme deseo que te tengo, pero lo puedo superar.
    
    Salí de la cafetería y ella me siguió y justo cuando me alcanzó la tomó de la cintura y la besó a la fuerza, ella no se negó, mi boca bajó a su cuello y mis manos acariciaron sus ricas nalgas.
    
    R: ¡Que rico besas!
    
    O: Déjame mostrarte lo mucho que te deseo.
    
    Ella me miró coqueta y prácticamente di por hecho que acepto, estábamos cerca de “201” así que caminamos rumbo al hotel, pedí la habitación y en el camino a ella nos besabamos apasionadamente.
    
    Al entrar al cuarto no espere un segundo ...
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