1. Conociendo a Daniela. Parte I


    Fecha: 05/06/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: joel34, Fuente: RelatosEróticos

    ... percatado de mi lapsus, e íntimamente le había causado gracia. "Otro idiota al que mi belleza deja turulato" ha de haber pensado. Y está bien, lo admito: por un momento me dejé llevar. Pero estaba claro que no iba a pasar de nuevo.
    
    Me equivoqué. Al llegar al aula al día siguiente, Daniela estaba sentada efectivamente hasta adelante. Esa no era en absoluto una mala señal, revelaba que se trataba de una chica atenta que deseaba aprender. El problema ahora era su atuendo, que no solo era sexy sino sugestivo. Llevaba puesta una minifalda obscura por encima de medias de color piel, y una blusa ejecutiva de tono beige - elegante, para ser honesto- muy ceñida al cuerpo. La tela tenuemente brillosa, apenas transparente, dejaba ver un par de pechos grandes, simétricos, imposibles en una muchacha cuya cintura se adivinaba estrecha. Me pareció evidente que se había vestido así para alguien. Quizá para un novio con quién recién hubiera discutido, a quien quisiera mostrarle el monumento de mujer que podía perder. O tal vez para un pretendiente que necesitara un empujón...
    
    -Doctor ¿va a empezar la clase?- me pregunto en ese momento un chico llamado Esteban, en lo que algunos estudiantes reían por lo bajo.
    
    -Si, desde luego.- Le respondí, ...
    ... mientras una sensación de ridículo me envolvia.
    
    Caminé por entre los escritorios y empecé mi cátedra. No voltear a verla, esa sería mi estrategia. Darle la clase a todos los demás y fingir que esa alumna no se encontraba. Ahí estaba la fórmula para contrarrestar el influjo que Daniela empezaba a tener en mí.
    
    -¿Entonces en qué sentido debería estar planteada la demanda? Escuché de pronto una voz que requería mi respuesta. Y claro, era ella. Por un instante no contemplé ese detalle, pero si, también era estudiante y tenía derecho a participar.
    
    ¡Carajo! Pensé, y me volví hacia su lugar, resignado. Comencé a explicarle, pero conforme hablaba yo, ella parecía no prestar atención a lo que decía. Sus ojos iban hacia los míos, sugerentes y desafiantes, al tiempo que su boca parecía brillar un poco más. No quise interpretar esa mirada, no podía ni siquiera intentarlo, pero cuando me percaté, me di cuenta de que me había provocado una gran erección.
    
    - ¿Si fue claro?- le pregunté al concluir mi explicación.
    
    Ella solo movió la cabeza, y una pícara pero sencilla sonrisa se mostró en su cara. Supuse, vencido, que ella había notado en mis pantalones lo que me había estimulado sin siquiera tocarme.
    
    Era oficial: el semestre iba a ser muy largo. 
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