¡Llegó Julio!
Fecha: 05/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Ishtar, Fuente: CuentoRelatos
Hace ya medio año tuve un encuentro con el hermano menor de mi mamá y quedamos en volverlo a repetir.
El domingo le envié un WhatsApp, preguntándole si me podría recibir el lunes. La respuesta fue inmediata: “Para ti, estoy las veces que quieras”. Así, después de unos intercambios subidos de tono, formalizamos el encuentro.
El lunes, yo cantaba mientras le servía el desayuno a mi marido, así le digo, aunque es mi amasio porque no me divorcié del padre de mi hija.
–¿Por qué tan contenta? –me preguntó mi marido.
–Porque me encanta despertar con tu trancota adentro. ¡Qué bueno que Dios los hizo así para despertarnos con alegría! –contesté sonriente y extendí mi mano para acariciar su pene sobre el pantalón.
–Bueno, en realidad, mi verga se despierta antes que yo y busca cobijo en un lugar tibio y húmedo, así que también despierto con mi “trancota” en un buen lugar –aclaró, y su falo se puso duro en mi mano mientras me acariciaba las nalgas.
Unos pocos arrumacos y manoseos más y nos pusimos a desayunar para que saliera él a tiempo, y yo también para el encuentro con mi tío. Así, empezamos felices la semana.
Aún con los resabios de semen en mis labios interiores, llegué a la casa de mi tío Efraín, quien bañado y rasurado me esperaba sólo en bata de baño, lo cual me agradó, pues era claro a qué iba yo.
–¡Bienvenida, Ishtar! –dijo dándome un beso y un abrazo al cerrar la puerta, los cuales prolongaron: el beso hasta enredarse nuestras lenguas y el abrazo ...
... masajeando mi espalda y nalgas.
–¡Qué rico recibimiento, pero quiero irme bien-venida! –dije con descaro.
–Habrá de todo “mhija”, te irás con lo que tengo de varios días –contestó con igual deseo.
–¿Cuántos días llevas sin ejercicio? ¿Ordeñas manualmente o en compañía? –pregunté indiscretamente.
–A veces lo hago en solitario, con los recuerdos, principalmente de Saraí… –expresó con tristeza, refiriéndose a su finada esposa–. Otras me auxilian algunas viejas amistades y familiares, las cuales no te nombraré, así como guardo tu nombre en secreto –contestó directa y firmemente. Aunque, según supe por otras fuentes, también coge con mi tía, también viuda, y otras de mis primas.
–¿Me recordaste alguna vez en este medio año? –pregunté metiendo mi mano entre su bata y acaricié sus huevos y la gran erección que ya babeaba…
–¡Claro que sí, Estrellita! Dejaste una impronta placentera y muchas ideas de cómo agasajarnos. No hay semana que no me acompañe tu recuerdo antes de dormir –contestó empezando a quitarme la ropa.
Yo seguí acariciándolo, ahora a dos manos, sólo separando alguna, y luego otra, para que me quitara las mangas de la blusa. Aproveché para quitarle la bata, haciéndola caer al piso. Al final, quedamos desnudos y volvimos a besarnos. Su glande se refocilaba entre los vellos de mi triángulo, humedeciéndome con el presemen. Nos tumbamos en la alfombra e hicimos un apasionado 69 que saboreamos más de diez minutos y él lo suspendió de golpe, dejándome sin el ...