El Intruso capitulo 12 (Final) - Relatos Eróticos

El Intruso capitulo 12 (Final)

... me diste; me gusto de a madre lo que viví con ustedes y ya vi que no habrá más, de verdad, aunque no lo creas, te estimo; sólo venía a despedirme y pedirte que estrecharas mi mano por última vez. Miré desconfiado a ramón, miré a mi alrededor y estábamos solos, tenía miedo que fuera una trampa y por confiado el me hiciera daño en venganza, su mano estaba extendida, ni modo tenía que arriesgarme, me acerqué y la estreché, sentí la fuerza de su mano al apretar la mía ‐ Compadre, por favor, sin rencores ¿de acuerdo?—dijo estrechándome ‐ Si, sin rencores, pero ya no te veremos mas ‐ Lo sé—contestó resignado--- Dile por favor a Carmen que de verdad me perdone, no reaccioné bien y en cuanto a ti, mis respetos, eres más cabrón que yo, ya lo demostraste de muchas formas Soltó mi mano y yo asentí ‐ Así lo haré, yo le diré a Carmen Dije serio, vi cómo se tocó la frente como un saludo militar ‐ Buena vida compadre, buena vida te deseo y si un día nos topamos, espero me mires de frente y estreches mi mano, eres muy hombre compadre, te admiró y te envidio… adiós Dijo mientras se daba la vuelta y caminaba alejándose de mí, sentí extraño verlo alejarse después de que fuera a despedirse, pero así fue, solo fue y dijo adiós, creo que lo que vivimos también lo disfruto tanto como nosotros y creo además que se enamoró de Carmen y quién no lo haría con tremendo mujerón, pero no había otra solución, él tenía que salir de nuestras vidas, voltee a verlo antes de empezar mi jornada y era solo un ...

... punto distante en el horizonte, así acababa, solo eso, un punto que se alejaba cada vez más… ****** Dos años después Estábamos de vacaciones en una playa al sur del país, era el ocaso del día, era temporada baja, así que la playa estaba casi desierta, caminaba tomado de la mano con Carmen, miré hacia atrás y vi a Lola jugando con perlita en la arena, construían un castillo de arena riendo divertidas, Lola lucía hermosa con sus 6 meses de embarazo, su vientre abultaba de una forma tan sensual, su piel sumamente elástica no presentaba ninguna estría, era lisa como la porcelana. Regresé mi mirada al frente, seguimos caminando, habían pasado dos años, nos habíamos cambiado de ciudad, nos fuimos al norte y empecé mi propio negocio de sistemas computacionales, me fue de maravilla, en un año ya tenía siete empleados a mi cargo y dábamos mantenimientos y asesoría a muchas empresas, el dinero ya no era problema. Miré a Carmen que su vientre marcaba sus cuatro meses de embarazo, se empeñó en lo mismo después de saber que Lola sería mamá de un hijo mío, no era competencia pura, habíamos aprendido a compartir, costo menos tiempo hacer que se llevaran bien, dormíamos los tres en la misma cama, les bajaba su regla el mismo día, nuestros encuentros nunca bajaron de intensidad, incluso aprendieron a besarse entre ellas y lamerse sus rajas cuando cogíamos, era el paraíso para mí. Perlita mi hija ya no dormía con nosotros, ella tenía su propia habitación, lo hice para alejarme de mi hija, pues no ...