1. Paco, Paco (capítulo veintiuno)


    Fecha: 27/06/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    No hizo falta que llegará el sábado, el jueves me encontré “casualmente” a Paco en el parque, digo casualmente porque no me lo creo, estaba allí haciéndome esquina.
    
    -¡Coño, qué casualidad! - me soltó mientras me daba un apretón de manos. Estaba en la guarapera con otro tipo. - Mira, este es Paco también.
    
    -¡Vaya! ¡Paco y Paco! - solté yo a modo de broma mientras les daba la mano a ambos. - ¿Y cómo diferenciarlos?
    
    - Bueno yo soy Paco solo y él, Paco El Cachas. Estamos aquí con una carga – me dijo señalando al camión - y decidimos tomarnos unos guarapos. ¿Te tomas uno con nosotros?
    
    El otro ya se acercaba con los vasos en la mano, era un tipo alto medio achinado y de espaldas anchas, con unos bíceps que dejaba ver con descaro porque llevaba una camiseta sin mangas apropósito.
    
    - Dicen que esto da mucha leche. - bromeó Paco.
    
    -Bueno, yo siempre tengo. - dijo Cachas. - Creo que ya leche condensada.
    
    - ¿Dulce y espesa? - le pregunté con malicia.
    
    Paco me miró con una sonrisa cómplice, cuando el otro se fue a devolver los vasos me dijo.
    
    - ¿Quieres dar una vueltecita con nosotros en el camión? Llevamos la carga a La Ceiba y regresamos.
    
    -¿Y.…?
    
    - Si te lo estoy proponiendo es porque se puede. Anda vamos, no te hagas de rogar.
    
    Cuando llegó Cachas, Paco le dijo que yo me iría con ellos a dar “una vueltecita”, recargó la palabra con lascivia. Nos dirigimos al camión y nos metimos en la cabina, Paco al timón y yo entre los dos. Tomamos rumbo a la salida del ...
    ... pueblo hablando tonterías. Hasta que Paco se desabrochó la portañuela y cogió mi mano para que le tocara la pinga que ya la tenía bien dura. El Cachas no esperó mucho, al mismo tiempo que yo amasaba la pinga dura de Paco, él metió su mano por mi pantalón para ir directo al culo y meterme un dedo.
    
    - ¡Uf, qué culo! - suspiró.
    
    - ¡Pásate para la cama de atrás y encuérate! - me dijo Paco.- Ahora cuando salgamos del pueblo te vamos a dar lo que te gusta.
    
    Yo lo hice, me desnudé. El Cachas me acariciaba las nalgas, me miraba. Paco le pasó un tubo de crema y el Cachas se metió también en la parte atrás sobre mí, untó mi culo y me metió la pinga. No se la había visto, solo por encima del pantalón, pero me hizo jadear y más porque la metió de un tirón.
    
    - ¿Cómo te la sientes? - preguntó Paco que por el retrovisor miraba de vez en cuando. – Se me olvidó decirte que Paco tiene tremendo morrongón.
    
    Claro que lo estaba sintiendo, porque lo tenía encima y me singaba despacio, me besaba la nuca, las orejas. El espacio reducido no daba para más ni para moverse, una sensación rara pero placentera.
    
    - Tienes un culazo para estar singándolo día y noche. - me susurró al oído.- ¿Quieres que te dé mi leche?
    
    - Sí, préñame.
    
    - ¿Eres un maricón traga pinga?
    
    - Sí, lo soy, por eso me estás singado.
    
    - ¿Te gusta la leche de macho?
    
    - Sí, me vuelve loco.
    
    - ¡Pídemela, pídemela!
    
    - Dame leche, lléname el culo…, dame leche...
    
    Él se apuró y se vino, pero se quedó con la pinga ...
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