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Paco, Paco (capítulo veintiuno)
Fecha: 27/06/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... dura dentro. - ¡Cojones, me lo singaría de nuevo! - le dijo a Paco. - ¿Qué dices tú? – me preguntó. - ¿Y tú cuándo me singas? - le pregunté. - Bueno, que te singue hasta que lleguemos y de vuelta yo. Así seguimos singando con suavidad, me acariciaba, me besaba, a veces se alzaba sobre mí y tocaba mi culo lleno de su pinga. Ya cuando estábamos llegando apuró para volver a venirse. Cuando me sacó la pinga se me escapó un chorro de leche. Paco me dijo que me quedara quieto detrás, que descargaban y ya. Corrió una cortina para que no se viera nada. Los escuché hablar con gente, el ruido al volcar la carga de graba. No pasaron ni veinte minutos cuando entraron de nuevo en la cabina y nos pusimos en marcha. Paco descorrió la cortina y palpó mi ojete húmedo. - ¡Oye!, ¡cómo se lo has dejado! - ¡Bien lleno! - dijo Cachas. - Ahora te toca a ti..., dale. Paco entró y me penetró, fue fácil porque ya estaba dilatado y húmedo. Me singó bien, con muchas caricias y besos, diciéndome lo que me gustaba, que me quería, que era lo mejor. Se vino bastante rápido. Después salió y se sentó en el asiento. - ¡Abre las piernas! - me pidió mientras ponía un trapo en mi culo. - Echa aquí toda esa leche. Hice lo que me pedía, era lo mejor porque si me vestía se me saldría todo. Después me vestí y me senté en la cabina con ellos. - ¡Oye, tocayo! ¿Por qué no nos vamos para mi casa? De todas formas, es hora de comida. - propuso el Cachas. - Me gustaría estar en la cama ...
... encueros los tres y gozar bien. No se dijo nada más, fuimos para la casa del Cachas que vivía a las afueras del pueblo en uno de esos edificios prefabricados que la gente llamaba “palomares”. Entrando fuimos quitándonos la ropa y directo a la cama. Por suerte tenía aire acondicionado en el cuarto. Nos metimos en la cama besándonos, acariciándonos, lamiéndonos. Paco me puso su pinga en la boca mientras el Cachas me abría las nalgas y empezaba a lamer, a escupir, a meter la lengua. Hablaba mucho, decía que me comería, que le gustaba. No esperó mucho para meterme la pinga de un solo golpe. Solo pude jadear algo porque delante tenía a Paco llenándome la garganta con su pinga. Al rato empezaron a turnarse para singarme, yo seguía arrodillado en el borde de la cama y ellos dos gozando. El Cachas me hizo girar y quedar con las piernas al aire, en ese momento me fijé que en el techo tenía un espejo donde se veía muy bien lo que pasaba en la cama, le gustó ver mi asombro e intensificó sus empujones a lo macho para venirse mugiendo. Enseguida Paco lo sustituyó y se apuró lo que pudo para darme toda su leche. Quedamos abrazados un rato, acariciándonos en silencio. - ¡Oye, compa, hay que llevar el camión al garaje! - le dijo Paco al otro – Mira, voy yo y ustedes dos se quedan un rato más, después vengo. - Bueno, no sé..., mira tú...- le respondió Cachas – Si quieres voy yo. - Papo, ¿no te vas a poner bravo porque vaya yo? - me preguntó Paco. - No, no pasa nada. - le dije – De ...