1. La súper milf


    Fecha: 30/06/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Diablo666, Fuente: CuentoRelatos

    I.
    
    Diciembre del 22, temporal de altos fríos en donde esta historia se dio. Lo recuerdo bien; yo tenía 20 años de edad, cuándo conocí a una amiga de mi mamá (que había sido su compañera de la secundaria) la primera vez que nos visitó a la casa, porque recién se había mudado al vecindario. Se llama Lorena, (pero le gusta más cuándo yo le digo: Lorena, la putota milf). Obviamente tiene la misma edad que mi madre: unos 40 o 43 años de edad. Salí de mi cuarto a saludar (como es costumbre en México) y yo pude notar su mirada que me hacía por encima de los lentes, como si ella me estuviera desnudando con el pensamiento. Vestía una camisa negra; no le pude ver ni un centímetro de teta porque le cubría todo, y unas mayas del mismo color. Discretamente llevó sus manos a sus grandes bubis, para acomodarse el sostén, e inmediatamente me dio la mano para darme el saludo ¡yo me estremecí!
    
    II.
    
    Ese mismo día, pero unas cuantas horas después, yo me encontraba laborando en la tienda que está cruzando la calle de mi casa, cuando de pronto, veo entrar a una mujer con una cinturita y unas caderotas. Era Lorena, yo deduzco que mi madre le habrá dicho que yo trabajaba aquí, porque se había cambiado de ropa, ahora llevaba un pantalón entallado, sandalias y una blusa, con un escote que le dejaba las tetas a la intemperie. Mientras ella escogía lo que iba a comprar, se agachaba apropósito por productos que veía, pero que devolvía a su lugar; su gran trasero apuntaba directamente en frente ...
    ... de mí. Cuando ella se agachaba, lo hacía lentooo, y movía lentamente de lado a lado su gran trasero, cómo lo hace el péndulo de un reloj: ¡ver eso fue impresionante! Me dijo que ocupaba una escoba, pero fingió que la había olvidado y salió de la tienda sin ella. A los 5 minutos Regresó y con una voz lenta y candente me dijo: “ay, olvidé el palo, ¿no me lo puedes dar tú?”. Sólo un estúpido, o un extranjero pudiera no entender lo que me quiso decir. Yo no desaproveché la oportunidad, y le dije: “claro que te lo doy, y también te paso la escoba”. Ella soltó una risita, nos pasamos nuestros números, y al final me dijo: “luego vengo, para que me des el palo”. Tomó la escoba y se fue.
    
    III.
    
    Después de nuestro primer encuentro en la tienda, recibí un mensaje de ella en donde me imponía sus condiciones. El mensaje era el siguiente:
    
    - Mijo, antes que nada te voy a decir cómo quiero que esto pase: Hablaremos siempre que yo este cachonda, y mi marido no o este. Ha, y también te quiero decir que odio el condón porque no se siente tan rico, y a las putas de verdad, nos gusta sentir cómo nos revienta el culo una verga natural. ¿Aceptas mis condiciones? Si no, no habrá trato.
    
    -Hola señora, acabo de ver qué su esposo ya se fue a trabajar, y Óscar (hijo de Lorena) no está en su casa. Este es mi número nuevo, para que lo guarde. Y sí acepto sus condiciones.
    
    - Mijo, en todo estas, sí, ya se fue aquél a trabajar, ¿Qué estás haciendo tú?
    
    - Nada, mis papás no están en casa: estoy ...
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