1. Conociendo a Daniela II


    Fecha: 06/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: joel34, Fuente: RelatosEróticos

    Las clases siguientes no mejoraron del todo. Daniela llegaba algunos días con vestimenta normal: jeans, blusas ligeras, suéteres, y flats o tenis. Ciertamente no hubiera podido disimular su perfecta silueta ni aunque usara un hábito, pero así ataviada llamaba menos la atención.
    
    Sin embargo, había ocasiones en las que llegaba vestida como para retar al mundo, y eso solía conflictuarme: jumpsuits cortitos, pantalones sastre ceñidos, shorts de piel negra...lo peor sin duda era su colección de minifaldas: de algodón, de licra, vinipiel; sueltas, de lápiz, tableadas... Conforme el semestre escolar avanzó, logre comprender algunas normas de su arreglo personal: mientras mas larga era la prenda inferior tenía que ser más ajustada; si la vestimenta inferior no era tan sexy, se debía compensar con la superior.
    
    Sin embargo, y esto debo aclararlo bien, Daniela no se vestía como una cualquiera. Conocía con precisión matemática la diferencia entre vestir sensual y la vulgaridad, entre el insinuar y el exhibirse. Eso le ayudaba entre el profesorado a no poder llamarle la atención y, al menos yo, nunca escuché que alguien se hubiera quejado por eso.
    
    Por otro lado, si bien parecía divertirle desordenar su entorno, como alumna era magnífica. Atenta siempre, y con disposición. Participaba, debatía con sus compañeros, tomaba posturas. No le hubiera regalado una calificación ni aunque estuviera loco por ella - y estaba cerca de eso- pero no le hacía falta. Sus exámenes eran de ...
    ... diez.
    
    ¿Qué se hace con una mujer que lo tiene todo?
    
    Admirarla, solo eso. No podía pensar en acercarme con otros propósitos, mal que bien estaba en medio mi ética profesional.
    
    Acepto que a veces llegue a imaginarme cosas. Como que su vestimenta y su trato, a veces cortés y otras coquetos, no eran sino instrumentos de seducción que ella utilizaba para hacer caer a mi o a cualquier mortal. Sin embargo, reconozco que no la vi haciéndole caso a nadie y de hecho casi siempre mostraba con sus compañeros una altivez que rayaba en lo grosero...
    
    ¿Estaría intentándolo conmigo?
    
    ¡Bah! Por supuesto que no.
    
    Una clase, ya cercana al final del semestre, Daniela esperó a que se fueran los demás. Como era mi costumbre, cerré mi portafolio y me encamine a la salida. Justo ahí fue que se me acercó.
    
    -Doctor, disculpe, no se vaya todavía. Quiero hacerle una consulta.
    
    -Si, claro. ¿De qué se trata Dany? Contesté sin entender a dónde me iba a llevar eso.
    
    -Es algo personal... No sé si este lugar sea el adecuado para contarle.
    
    Dudé por un momento. No me pareció buena idea citarme con ella fuera de la universidad, pero la curiosidad pudo más que la prudencia.
    
    -Puedo verte en mi oficina. Hoy a las 16:00 tengo un espacio de tiempo que podría darte.
    
    Ella se me quedó viendo con esa mirada que desarma a los hombres, al tiempo que decía:
    
    -¿Puede ser un poco más tarde? Tengo que ir a ver lo de un empleo.
    
    Por mi mente pasó decirle que no. Que mi tiempo era tan valioso como el ...
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