Conociendo a Daniela II
Fecha: 06/07/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: joel34, Fuente: RelatosEróticos
... suyo y, que si no podía, lo veríamos entonces en otro día y lugar.
-¿A las 19?
-¡Perfecto!-Dijo con una gran sonrisa y repentinamente me abrazó.- ¿Le pido su numero al jefe de grupo para que me envíe su dirección?
-No, espera. Te doy mi tarjeta. -Le conteste mientras sacaba ese rectángulo de cartón de mi cartera. Una sensación de estar equivocado me estremeció.
Ella volvió a sonreír. Me dio la impresión de que esa sonrisa era de triunfo.
-Entonces lo veo más tarde. - concluyó.
Se retiró; mi mirada fue tras de ella. En mi excitacion, solo alcancé a ver una falda, pequeña y ligera, que iba de un lado a otro. Aquella forma de caminar tan suya era un prodigio: la octava maravilla del mundo curvilinea y en tacones.
Esperar. No sólo es cosa de tiempo, también tiene que ver con vislumbrar lo que se espera. Me había enviado un mensaje de whatsapp a las 7:15 pm: había tráfico y venía retrasada. De eso hacía media hora.
¿Qué iba a hacer? No quería aguardar por más tiempo, además de que en mi despacho la secretaria había volado apenas veinte minutos atrás y solo quedábamos un socio y yo.
-Vamos Joel, no seas cobarde. ¿Qué te va a pasar? Es como una cliente más de la firma.- Alcance a escuchar entonces una voz en mi interior.
Era cierto: por más que me hubiera obsesionado con mi alumna, aquella era una reunión profesional. Tomé un vaso y me serví un poco del whisky que guardaba en uno de los cajones. Abrí de nuevo el servidor de mi computadora, y me ...
... dispuse a revisar la contestación de una demanda que debía concluir.
-Nos vemos mañana Joel.- Dijo entonces mi última esperanza de no quedarme solo.
-¿Te vas ya mismo, Roger? -Le pregunté sin dejar de ver el monitor.
Mi socio libró una carcajada antes de responder:
-Pues deberías hacer lo mismo. Los muchachos ya deben ir en camino al bar de costumbre. ¿Te apuntas?
-Esta vez no. Espero a alguien.
-Será para la próxima. Hasta mañana.
Me despedí con un ademán mientras volvía a mi labor, pero no hubo tiempo para más. Hubiera pensado que se habían puesto de acuerdo porque tan luego como mi socio salió, alguien llamó a la puerta. Apuré un trago más, y me levanté a abrir. Supe que algo estaba mal cuando mi corazón latió con más fuerza de la acostumbrada. Llevaba nervios, ansiedad y una velada excitación. Exactamente el mismo tipo de sensación de cuando, hacía unos treinta años, había perdido la virginidad.
-Buenas noches Doctor, una disculpa por la demora. - Dijo ella cuando entró, pero su expresión no era de arrepentimiento, sino divertida.
-Claro Daniela, pasa.-Le respondí, mientras ella se acercaba a darme un beso en la mejilla. Su perfume ligero era embriagador.
-Que amable. En verdad no sabía con quién acudir.
-¿Es algo grave?
-No estoy segura. - Dijo mientras se sentaba frente a mi escritorio. Me explicó de un ex novio que la molestaba, que había llegado a ser violento con sus amigos y que, en sus exigencias por volver, incluso la había llegado a ...