1. La caza de nuestros sumisos/juguetes (II)


    Fecha: 06/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... excita.
    
    Pero mi pequeño kamikaze no mide sus ganas. Y tensa la correa, aunque se ahogue. Se deja la piel y la vida en verme feliz… y yo siempre le he dicho que no deseo eso. No deseo que se rompa, que tire de la correa hasta no respirar.
    
    Porque una buena perra no tensa la correa de su Dueña, sino que va a su paso, holgada. Es el Ama la que indica con un suave tirón el camino, o donde detenerse.
    
    El juguete es un tema recurrente, ya que Pedro es un hombre acostumbrado a superarse, a alcanzar sus metas. Y se ha propuesto que quiere darme, en el período más breve posible, lo que cree que yo deseo. Aunque vaya en contra de sus propios sentimientos.
    
    Hace relativamente poco (dos meses) le he apretado, incidiendo en el tema. Su respuesta era la de esperar, aquella que NO me había dicho desde un inicio “no quiero que un día sientas que no te doy lo suficiente y que busques otra cosa, o quedes a escondidas”. Y ése es el primer paso para “subir a la palestra”. Decide presentarse voluntario a la soga, simplemente por miedo de no ser lo que YO espero que sea. Quizás si me demuestra su disposición, su valentía…
    
    Pero lejos de eso, y como “juez, jurado y verdugo”, me acerco y le cubro la cabeza con el saco de arpillera. Tiene miedo, “pica”, pero no emite ni un solo quejido; no quiere que se note. Sigue firme en su decisión de aceptar la humillación, de dejarse ahorcar.
    
    Le dije que lo haríamos en ese mismo momento. Que esa tarde tendría a otro sumiso con el que poder jugar, ...
    ... y masturbarme. No tendría por qué doler. Él quería probarse y crearíamos un grupo en Skype para que fuera testigo de todo. Realmente era lo que él quería, ¿no? Complacerme a costa de todo. Sintió la soga apretando su cuello, el nudo en su nuca. Y decidió pararlo. Pero el suelo ya se había abierto a sus pies y había empezado a ahogarse. Corté la cuerda a tiempo, pero la marca permanecía.
    
    Un fracaso. De un hombre que no está acostumbrado a ellos, de un sumiso obediente que solo quiere complacer… Y no puede.
    
    Pero no pestañea en cuanto vuelve a ver la luz. Como si de una cláusula revisable se tratase, propone volver a hablarlo “en tres meses”.
    
    Y es por eso que hemos empezado la búsqueda del juguete (o juguetes). Porque han pasado dos meses y ha vuelto a la carga. Pero en lugar de frenarlo y demostrarle que todavía no está listo para ello, he decidido avanzar un poquito. Dar ese paso que le reafirme en su cercanía a la meta, aquel con el que pueda sentir que el camino es el correcto. A sus ojos ha pasado como si fuera un simple peldaño, pero a su mente le ha sentado como un auténtico “chute” de adrenalina. Y a mí me encanta ver su entusiasmo, su devoción. Esas ganas que tiene de demostrarme que está preparado para todo, y tan solo porque ha logrado dar un pasito más.
    
    Creedme (y sé que aquellos que compartan mi forma de ver el BDSM lo estarán sintiendo conmigo) cuando os digo que es tan tierno como excitante. Ese CONTROL tan escondido, tan poco visible a ojos de quien ...