1. El confesionario


    Fecha: 14/07/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Kissmybody, Fuente: CuentoRelatos

    ... postura del misionero para observarla y pasar sus enormes manos, que previamente se había limpiado con agua bendita, por cada rincón de su cuerpo para borrar cualquier vestigio de demonio, sus manos tenían dedos enormes, cuando cogía el cáliz en su mano le ocultaba por completo, su dedo índice era tan largo y grueso como la polla más vivaracha.
    
    La colocó reposando su cuerpo y manos en el diván y sus rodillas encima de dos cojines blancos, la abrió bien las piernas y se situó también de rodillas tras ella, la explicó la segunda parte, la tenía que tocar todo su cuerpo por la parte de atrás e introducir su dedo en los orificios de donde decía salir su mal.
    
    La fue tocando desde su cuello, hombros, espalda cintura sin dejar un centímetro de su cuerpo, descubriendo Marcela puntos de placer que hasta ahora no habían aflorado, estando en todo momento al borde del éxtasis que contenía dada la solemnidad del momento.
    
    Pasó a meterla suavemente su dedo en la vagina primero y el mismo dedo de la otra mano en el culo, buscando ansiosamente el dichoso demonio, diciendo en alto “ya lo tengo, ya lo tengo”, a lo que Marcela respondió “dale caza padre, dale caza”, y así continuó durante unos minutos de búsqueda entre los líquidos que emitía la pecadora.
    
    El cura estaba más caliente que un mono, sacó un momento sus dedos, para descansar dijo y cogiendo su tranca la pasó bajo la sotana y la situó frente al chocho de Marcela, hizo un frotamiento con sus dedos como para hacer fuego, y ...
    ... ante el ruido de nudillos Marcela le preguntó “qué haces”, “nada caliento los dedos para quemar el bicho que llevas dentro” aclaró.
    
    Cogió su polla que calculo sería como su dedo más gordo y se la introdujo suavemente, ella ya tuvo una corrida, el dedo ahora era mucho más placentero, había expandido tanto su agujero del placer que ya no notaba ni la molesta uña y Julián la metía una y otra vez para que no quedase dentro ni una sombra de pecado, “ya lo tengo”, exclamó, “creo que ya sale” dijo y vaya si salió se sacó el dedo-polla y expulsó su semen puro en el trasero y espalda de Marcela, muerta ya de place, “me encanta el agua bendita calentita que cayó sobre mí cuerpo” y le inquirió “falta el otro agujero señor cura, no vaya a ser que se haya colado por ahí el tedioso demonio”.
    
    Ahhh claro se me olvidó, balbuceo el párroco, la limpió el agua bendita que chorreaba y fue a echar una meadilla al baño, volvió a punto y posó de nuevo su dedo-polla sobre su trasero que ya empezó a crecer, si le hubiese embutido en un guante sin duda lo habría destrozado, “te voy a meter el dedo de la otra mano”, y suavemente se lo introdujo hasta el fondo, “que manos tienes Julián son la gloria, no hay demonio que se te resista”, estas palabras le motivaron aún más, viendo que la pecadora aún era recuperable, lo metió y sacó repetidamente, ante las corridas contenidas de Marcela hasta que remató, dejando todo su semen dentro del culo de Marcela, que exclamó, “creo que ahora sí le has atizado ...