Lucía el cuarentón y yo - Relatos Eróticos

Lucía el cuarentón y yo

En esta ocasión Lucía contacto con un hombre más joven en los 40 por supuesto que se encargó de que estuviese dotado. Pero la primera sorpresa fue que Lucía quería verme travestido evidentemente lo hice todo como ella lo quería ayudándome ella en el tema del maquillaje esperando a que llegase aquel hombre fue cuando mi sorpresa fue mayúscula al decirme esta que teníamos que ir a casa del individuo eran las cinco de la tarde yo estaba con unas medias liguero unas botas una minifalda un top peluca y una cazadora negra, sí que me veía femenina maquillada y todo pero a esas horas paseando por una calle estaba claro que por mucho que quisiera se notaba que no era una mujer.

Lucía hizo un comentario bueno si no quieres hasta aquí hemos llegado te pones tu ropa de hombre y buena suerte.

Yo replique respondí que si quería pero que se iba a notar demasiado que no era una mujer diciéndome ella que iría colgada de su brazo hasta mi coche.

Con gran nerviosismo bajamos en el ascensor hicimos unos ciento cincuenta o doscientos metros hasta llegar a mi coche monté lo más femeninamente posible mi lencería quedaba casi al descubierto al sentarme se veía la Liga de mis medias el liguero y con un leve movimiento de la mano de Lucía mis braguitas, ella también dejó sus encantos a la vista parecíamos dos putas en busca de macho, puse la dirección en el GPS y cuando estábamos llegando Lucía hablo por teléfono dándole verbalmente las últimas instrucciones entramos en un parking ...

... comunitario y nos dirigimos a una plaza en concreto eran rayas después nos dirigimos a una de las salidas para tomar un ascensor y subir hasta una sexta planta, no los tropezamos con nadie y al llegar a dicha planta había una puerta abierta. Entramos hasta el salón donde en una gran pantalla de televisión había una película porno con travestis, CD, machos,y hembras. Hola pareja soy Pablo vuestro macho directamente besó la boca a Lucía y acto seguido hizo lo mismo conmigo cosa que me estimuló enseguida, nos dio una ojeada a las dos mientras levemente nos levantaba las faldas para ver el terminar de nuestros muslos y nuestra lencería frotándose su entrepierna y alardeando de cómo lo íbamos a pasar.

Él iba vestido con una camiseta en la que se marcaba su pecho y un pantalón tipo chándal corto en el que ya se deslumbraba la forma de sus genitales nos sacó algo de beber y sobre la mesa colocó un bote de leche condensada.

Empezamos a entablar conversación calentando el ambiente preguntándole por la leche condensada y como iba a transcurrir la sesión.

El hombre enseguida empezó a meterme mano sobarme y besarme mientras Lucía permanecía frente a nosotros pasando sus manos por sus bragas y frotándose enérgicamente, ayudó al hombre a quitarse la camiseta besando su torso sus pezones y bajando por su vientre hasta el borde del elástico del chándal mordisqueando por encima de esta prenda sus genitales sintiendo como aumentaba aquel tronco y los jadeos de excitación de aquel ...