1. El hijo de mi vecina


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: manuherrera, Fuente: CuentoRelatos

    Era una mañana de verano. Volvía del gimnasio y en el camino a casa se largó una lluvia torrencial. Mojada por completo, al llegar a casa me doy cuenta que no me había llevado las llaves y mi marido ya se había ido al trabajo.
    
    Tenía como vecina a María, una mujer muy buena que siempre estaba atenta a cualquier cosa que necesitásemos. Vivía con su hijo Ramiro, un adolescente de ya 18 años. Ramiro me espiaba desde la terraza cuando yo tomaba sol en el patio. Me daba morbo y jugaba un poquito siempre simulando que no sabía que me estaba espiando.
    
    Decidí tocarle el timbre a Ramiro. Sabía que María estaba de viaje y él estaba solo esos días en su casa. Al verme quedó impactado. A su puerta estaba llamando la mujer con la que siempre fantaseó, toda mojada al punto que se transparentaba la ropa interior diminuta.
    
    Y: Hola Rami ¿cómo estás?
    
    R: Hola Lore. ¿Bien, vos? Estas empapada
    
    Y: Si, me olvidé las llaves de casa y no hay nadie.
    
    R: Vení ¿querés pasar?
    
    Y: ¿Te molestaría? No sé si te interrumpo algo.
    
    Ramiro me había atendido en short y sin remera. Se notaba que estaba desnudo por la casa y se puso eso para atender. A kilómetros se divisaba un gran bulto producto de una reciente erección. Seguramente había interrumpido una buena masturbación adolescente
    
    R: No, para nada. Estaba mirando la tele.
    
    Me dejó pasar. Al entrar al comedor había olor a encierro, a sexo... a hormonas adolescentes. Me empecé a excitar por estar sola con un pendejo pajero.
    
    Le ...
    ... mandé un mensaje a mi esposo explicando lo que había sucedido. Me contestó que no podía salir antes del trabajo y que lo espere allí. Mientras tanto notaba la mirada de Ramiro recorriendo todo mi cuerpo. De reojo veía como su bulto crecía.
    
    R: ¿No querés que te preste ropa de mi mamá? Me da cosa que estes mojada.
    
    Y: Dale, no sé si me va a entrar. Pero probemos.
    
    R: Ya te busco.
    
    Tardó unos minutos. Volvió con un conjunto de ropa interior de encaje muy fino. La tanga era un hilo dental. Además, me dio una remera amplia y larga junto a un short blanco chiquito.
    
    R: Creo que esto te va a ir.
    
    Y: La ropa interior no Rami, es personal eso. Me llevo esto al baño.
    
    Tomé la remera, el short y me metí en el baño. Una vez desnuda le grité si me podía dar un toallón. Me golpeó la puerta y abrí un poco escondiéndome tras ella. Lo miré a los ojos, tardé un poco para dejar volar su imaginación y tomé el toallón agradeciéndole con una sonrisa.
    
    Y: Perdón que abra así, ya estoy desnuda jeje
    
    R: No hay problema.
    
    Deje la puerta entreabierta por error para que me intente espiar.
    
    Cuando intenté ponerme el short, fue imposible. Decidí salir solo con la remera que me llegaba a tapar las nalgas.
    
    Y: Gracias Rami. Sos un amor. El short no me entró, toma.
    
    R: ¿Queres que te busque otra cosa?
    
    Y: No gracias, así está bien. ¿Dónde puedo colgar esto para que se seque?
    
    R: Dame, yo lo cuelgo.
    
    Le di mi remera, mi calza, mi corpiño y mi tanga diminuta. Se la quedó viendo. ...
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