Carlota y Clara
Fecha: 30/07/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos
... Cabe decir que somos Asperger las dos y el hecho de tener tanto en común en nuestras maneras de ser y de ver el mundo es lo que más nos ha unido. Soy una persona fuera de lo común y solo encajo con personas también como yo.
Detrás de esa melancolía, paz, bondad y cariño que transmiten su mirada y su sonrisa y de ese dulce rubor en sus mejillas siempre noté cierto punto discreto de sensual picardía.
Ella es lesbiana, yo soy bisexual con preferencia a las mujeres. Ninguna de las dos teníamos ninguna experiencia romántica ni sexual ni habíamos estado nunca antes con nadie. Las dos esperábamos a que llegara el amor verdadero a nuestras vidas.
Sus miradas de cariño y de deseo hacia mí eran cada vez más evidentes. Igual que las mías de cariño y de deseo hacia ella. A pesar de ser aún solo mejores amigas, las muestras de cariño eran cada vez más frecuentes, sobre todo de ella hacia mí, no por nada, sino porque ella es más cariñosa y yo en cambio soy más fría, aunque como toda persona humana en este mundo, también tengo esa necesidad de recibir cariño y también tengo que recibirlo antes para yo darlo de manera recíproca y entrar en confianza. A pesar de ser aún solo mejores amigas, cada vez estaba más claro que entre ella y yo había algo más. Y las dos lo sabíamos. Sin necesidad de decírnoslo, solo mirándonos y sonriéndonos. Dentro de su bondad, timidez y discreción, esa sensual picardía en su mirada cada vez se hacía más visible y aquella noche... Estalló.
Fue ...
... aquella noche de invierno que estuve con ella en su casa. Estábamos viendo programas de crímenes en la televisión. Dentro de lo que las dos odiamos la televisión, estos programas son lo único que nos apasiona a las dos. Estábamos sentadas en el gran sofá de su comedor. Yo acurrucada a ella. De vez en cuando, ella me miraba con esa ternura y a la vez sensualidad y me daba algún beso en la mejilla, a lo que yo le correspondía. Termina el programa. Ella coge el mando y cierra la televisión. Me mira. Yo la miro.
–¿Vamos a dormir? –me pregunta, acariciándome la mejilla. La verdad es que me lo pregunta con un dulce tono de voz que no sabía descifrar si es de sueño o para seducirme.
–Sí, vamos. –le respondo, sonriendo.
–De acuerdo, cariño –me responde. Y me da un beso en la mejilla, cerca de los labios. Nunca me había dado un beso así. Mis mejillas empiezan a ruborizarse, mi corazón empieza a latir algo más fuerte y rápido de lo normal y empiezo a sentirme excitada.
Carlota es de estas personas que siempre tienen la piel caliente y en invierno no padecen tanto de frío. Al contrario que yo, que paso mucho frío y a la mínima se me congela el cuerpo, sobre todo los pies y las manos (debo aclarar que las tengo muy delgadas y finas, con dedos de pianista). La verdad es que su cercanía física, sus abrazos, sentarme y dormirme acurrucada a ella... me hace sentir muy cómoda y segura. Y en invierno ya, ni te digo. La verdad es que con el tiempo ya parecíamos más pareja que solo ...