1. Historias de hospital (II)


    Fecha: 06/08/2024, Categorías: Infidelidad Autor: rickmaster16, Fuente: CuentoRelatos

    Recuerdo con claridad ese día porqué me desperté con un apretón en una nalga. Aquel calor de los mil demonios me hacía dormir lo más ligera posible y esa noche me había puesto una licra tipo cachetero de color azul y una camisilla blanca. Se me veían la mitad de las nalgas.
    
    Mi esposo me apretó una nalga y para cuando tomé conciencia de la mañana ya tenía su lengua dentro del culo, cosa común entre nosotros. Podíamos pasar largos minutos mamando culo antes de proceder al acto. A él le gustaba, a mí también. Me quitó el cachetero y me puso en cuatro para follarme así. Se vino adentro.
    
    –Buenos días mi amor –me dijo sonriendo.
    
    –Buenos días mi amor –dije sonriendo. Nada mejor que empezar el día con un polvo.
    
    Recuerdo ese día además porque fue el día en que se declararon la pandemia por el Covid–19 oficialmente. La gente empezaba a morir y en el hospital reinaba el miedo. Nadie sabía si era vulnerable o no. Al ser personal médico estábamos obviamente expuestos al contagio aún con todos los cuidados posibles. La instrucción fue permanecer en el hospital hasta nueva orden. Nadie se quejó, nadie quería llevar el virus a casa.
    
    Organizamos unas camillas para descansar por turnos en un recinto alejado de las urgencias y los pacientes. La situación era dramática.
    
    –Amor no puedo volver a casa aún… podría contagiarte – Le dije a mi esposo al tercer día.
    
    ––Pero tú estás bien
    
    Puedo ser portadora
    
    –¿Cuándo volverás?
    
    –No lo sé.
    
    Al final del cuarto día una ...
    ... enfermera, compañera cercana, cayó enferma. Murió al sexto día. Aquello nos golpeó muy fuerte. Me derrumbé. No quería llamar a mi esposo para no preocuparlo más. Fui hasta la habitación en la que dormíamos y en un rincón me solté a llorar.
    
    Mi pena encontró un consuelo cuando sentí un brazo rodeándome. No me importaba quien era, compartíamos el dolor y le abracé. Cuando levanté la vista me encontré Jhon, un médico internista, yo diría que guapo y agradable, y por cuya cara también corrían lágrimas ante la terrible eventualidad.
    
    El personal médico era mi familia por aquellos días, compartíamos los éxitos de un paciente salvado y el dolor de cada muerto que se apilaba en las estadísticas. Hice especial conexión con Jhon, tal vez por haber compartido aquel momento. Hablábamos de todo, al principio cosas generales del trabajo, días después cosas más íntimas, de nuestras familias más que nada.
    
    El día 15 de todo aquello coincidimos en un descanso a las 2 am.
    
    –No puedo dormir, me cuesta mucho – Me dijo.
    
    –Que tonto, yo sí me duermo fácil jejeje –bromeé.
    
    –Nunca había visto tantos muertos juntos
    
    –Lo sé yo tampoco
    
    –Y me hace falta salir de acá… vivir la vida normal
    
    –Totalmente…¿Qué es lo que más extrañas?
    
    –mmmm comer algo rico, en un restaurante jejeje
    
    –Sí, yo también
    
    –Y a mi esposa… me hace falta follar
    
    Hubo un silencio… pero era verdad.
    
    –Si, yo también tengo muchas ganas de follar –dije.
    
    Me di la vuelta y me dormí por el par de horas que tenía ...
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