Historias de hospital (II)
Fecha: 06/08/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rickmaster16, Fuente: CuentoRelatos
... abriéndose para dejar entrar su lengua. Entramos a la habitación, cerramos la ventana, servimos otro par de copas y yo me quité la ropa para quedar en ropa interior. Mi culito firme rebotaba mientras caminaba por ahí jugueteando, él me miraba tomando de su copa.
–¿Y qué es lo que más extrañas de follar? – le pregunté.
–Bueno… mi esposa es muy buena chupándomela ¿Que extrañas tú?
–Mi esposo tiene esta costumbre de… mamarme el culo
Fui hasta él, me puse de rodillas, le bajé su pantalón de médico y empecé a chupársela. Pedimos otra botella de vino. No había prisa, eran como unas vacaciones, se la chupé por largos minutos. Me llevó a la cama y me puso en cuatro gentilmente, corrió mi tanga y separando mis nalgas introdujo su lengua en mi ano y empezó a juguetear allí.
Se puso de pie y su verga tiesa se posó entre mis piernas, con la mano la dirigió a buscar mi coño y me penetró. Después de 22 días aquello fue glorioso.
–Aaaah ufff –grité.
Sus bolas chocaban contra mi una y otra vez.
–Tienes un culito muy perfecto –Me dijo.
–Hago ejercicio papi
–Tu esposo es un afortunado
–El afortunado eres tú
Me di la vuelta y caí de espaldas en la cama, abrí y alcé mis piernas y le ofrecí mi coño, peludo para entonces. Él tampoco estaba depilado, nadie lo estaba. Me besaba mientras me penetraba el coño.
–¿Te ...
... gusta por detrás? – Me preguntó.
–Ufff sí, pero espera
Me conocía, sabía cómo me dolía y cómo no. Me puse de ladito y me levanté la nalga. Jhon escupió su mano y embadurnó su falo. Con cara de sevicia puso su aparato sobre mi asterisco y empujó. Yo era una experta en aquello, mi esposo tenía un fetiche. Esa verga se deslizó como un cuerpo en un tobogán y me la hundió hasta la base.
Se hicieron las 11 de la mañana y ya estábamos algo ebrios. Caímos rendidos y me desperté como a las 3 de la tarde.
–¿Qué quieres? –me dijo.
–comida, más vino, y follar más
Debido al ajetreo en el hospital había ocasiones en las que simplemente no le contestaba a mi esposo. No le había contado sobre aquel “permiso” así que ignoré sus mensajes como si estuviera ocupada. No fue el caso de Jhon. Su teléfono sonó.
–Es mi esposa –dijo.
–Contesta… yo me quedo calladita
–Calladita pero no quieta, empecé a chupársela.
–Hola Amoooor –dijo.
–Est to to y, des cansando en el cu cu cuarto –dijo mientras yo le mamaba las bolas.
–Te te a amo, ahora te te llamo
Dormimos juntos. Las habitaciones de las otras chicas quedaban en otro piso, nunca fue un problema. Al día siguiente nos echamos un rapidito en la mañana y bajamos a desayunar. A las 8 estábamos en la puerta del hotel junto a Jenny y Matilde tomando el auto de vuelta al infierno.