Genio
Fecha: 23/10/2018,
Categorías:
Anal
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... como tampoco lo hizo él, embistiendo enloquecido, cual dios escandinavo sometiendo pueblos rebeldes.
-Límpiame. –Benjamín se había sentado en su trono de nuevo, resoplando, tratando de acompasar una respiración desbocada por el esfuerzo realizado por un cuerpo poco acostumbrado a tal desempeño físico. Cris se giró, pude apreciar humedad en sus ojos, sin duda lágrimas reprimidas, gateó el metro y medio que la separaba del objetivo y cumplió, hasta que creyó conveniente.
Sin esperar órdenes ni permiso, se levantó, tomó el vestido y salió de la cueva de los horrores sin mirar atrás.
***
Pasé un fin de semana de pena. Aunque Emma trató de ayudarme, argüí problemas con un proyecto que se nos estaba atragantando, no podía explicarle que un trabajador de la empresa se estaba aprovechando de la tía que me estaba follando. Además, el viernes había tenido epílogo.
Si tenía alguna duda de quién era la víctima y quién era el agresor, lo confirmé veinte minutos después de acabado el encuentro en la cueva cuando, volviendo a casa en moto, vi a lo lejos el Golf blanco de Cris parado en el arcén. Me acerqué por si había tenido algún problema, pero no llegué a parar a su lado. Lloraba desconsolada aferrándose la cara con ambas manos.
Era obvio que tenía que tomar cartas en el asunto, así que decidí agarrar el toro por los cuernos y ayudarla a reventar al hijo de puta.
La presentación del proyecto fue un éxito. No solamente era una herramienta que nos ponía en ventaja ante ...
... competidores directos de mayor tamaño, sino que además Benjamín había accedido a cedernos el control de la misma. No lo sabía en ese momento, pero era una de las condiciones que Cris le había arrancado cuando había accedido a sus propósitos.
Por tanto, la solución era simple. Debíamos dejar pasar unos días hasta que confirmáramos que éramos capaces de gestionar la aplicación solos y, llegado el momento, patada en el culo. Pero me parecía demasiado fácil, sobre todo viendo la calaña del individuo. Además, siempre corríamos el riesgo de ser atacados cibernéticamente por él, y allí sí podía ser realmente dañino.
-¿Cómo estás?
-Bien, ¿por qué?
Mi socia me miraba curiosa, suspicaz, por lo que evité rodeos innecesarios. No habíamos salido a comer, así que estábamos prácticamente solos en las oficinas cuando entré en su despacho. Cerré la puerta y lo solté todo sin ambages. Preocupado por su bienestar, convencido que pasaba algo grave, como coloqué la cámara y descubrí hasta qué punto la estaba sometiendo.
-¡Serás cabrón! –levantó la voz más de lo que debería haber hecho. -¿Quién te has creído que eres para espiar a los demás? ¿Es que ahora que no me tocas necesitas mirar para machacártela?
Estaba fuera de sí por lo que traté de calmarla. Argumentando que se le había ido de las manos y que solamente trataba de ayudarla. Que era evidente que Benjamín había abusado de ella, te ha forzado a hacer cosas que no querías hacer… Me echó de su despacho con muy malos modos, ...