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Trayecto nocturno
Fecha: 14/08/2024, Categorías: Hetero Autor: Imbolc, Fuente: CuentoRelatos
... aplastaba el uno contra el otro. Dejaba que se separaran y los volvía a apretar el uno contra el otro. Aunque el ruido de la marcha lo amortiguaba, alcanzaba a escucharse el sonido de la humedad de su saliva. Yo me mordía el labio para no gemir. Sentía el busto encendido de placer. Me ardían los pezones. Apreté las piernas juntas. El coño empezaba a palpitarme y acababan de mojárseme las bragas. Volvió a masajear un pecho con cada mano. Me besó en la mejilla y la sintió encendida. Alcancé a robarle un beso en los labios y dejé que mi espalda reposara en su pecho. Estábamos acostados de lado en los asientos y la manta era lo bastante grande para envolvernos completamente a los dos. - Eso es, princesa. Relájate. Me retorció los dos pezones a la vez. Se me escapó un gemido que nadie más que él escuchó. Y las bragas se humedecieron un poco más. Empujé mi culo contra él. ¿Se le habría puesto dura? Entre tanto repliegue de telas no podía saberlo. Bajó una mano a acariciarme la nalga. Metió un dedo por la cinturilla y lo frotó lentamente en mi raja. - En este culito también he pensado mucho. Mucho. Apartó todo lo que había entre sus pantalones y los míos. Se agarró a mi cadera y me hizo sentir su polla contra mis nalgas. Vaya si se le había puesto dura. Suavemente pero con fuerza empezó a restregarse. Su respiración también empezó a hacerse pensada. Muy pesada y muy húmeda, pegada a mi oreja. La mano que todavía agarraba mi teta bajó a agarrarse del interior ...
... de mi muslo. Ahora se restregaba más rápido. Me empujó contra la ventana. Yo me agarré al asiento, al reposabrazos. Mordí la manta. Y, deseosa, relajé el ano. Iba a romperme el culo ahí, entre una manta sudada en un autobús en marcha. Metió toda la mano dentro de mis pantalones y clavó los dedos en la nalga. - Sabes cuánto me gusta tu culo, ¿verdad? Puso el dedo corazón en mi ano y comenzó a moverlo en círculos. Me estaba preparando. Mi coño palpitaba de excitación. Empezaba a gotear más seguido. Lo sentía en mi muslo. Me agarró contra vez la teta. Empujó el dedo adentro. Volvió a morderme el cuello. Yo mordí el reposabrazos para ahogar los gemidos del orgasmo. Siguió moviendo su dedo en mi ano mientras mi cuerpo se sacudía de placer. Solté el reposabrazos de entre los dientes jadeando. Entonces sacó el dedo de mi culo. Tiró de mi cuerpo, me apoyó otra vez en su pecho y me besó. - Pero aquí no. Relájate. Me masajeó mientras me besaba. Fue bajando las manos hasta meterlas por debajo de la cinturilla de mi pantalón. Palpó mis bragas. - Qué rico... - Me susurró al oído mientras recorría la humedad que había bajado hasta mis muslos. Sacó las manos. - Abre las piernas - dijo mientras abría mis pantalones. Metió los dedos entre mis labios húmedos. Solamente con tocarme el clítoris me estremecí. Cambió. Abrió los dedos en V y los frotaba a los dos lados, y los volvía a juntar en el clítoris. Podía oler mis jugos. Podía escucharlos. Y él ...