1. La leche de un divorciado sabe más sabrosa


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Gays Autor: ThWarlock, Fuente: CuentoRelatos

    ... tratando de abrir aquello.
    
    -¿Qué haces?
    
    Agarré su cuello y me le pegué a su oreja poniéndole mi pinga entre sus dos piernas rozando mi cabeza contra sus testículos. Entonces le susurré al oído: Ahora te aguantas porque el que comenzó todo esto fuiste tú, mientras suavemente volvía a morder su lóbulo y le daba lengüetazos por todo el cuello. Fui bajando lentamente por la canal que hace la columna vertebral humedeciendo la piel suavemente con mi lengua y terminando en sus dos redondas nalgas besándolas. Se empinó un poco y lo único que oí fue: No me metas el dedo.
    
    Abrí sus dos cachetes como había visto varias veces en películas y ahí estaba su cerrado botón, tan oscuro como el resto de su cuerpo. Le pasé la punta de mi lengua y gimió de placer, mi pinga parecía explotar, yo nunca había estado en esta situación y de veras me gustaba más de lo que yo creía. Pasé por fin toda mi lengua una y otra vez, arriba, abajo haciendo círculos en el centro tratando de abrir su hueco. Comenzó el entonces a mover sus caderas, como buscando darse placer con aquellas húmedas caricias subiendo sus dos rodillas en el mueble nuevamente y abriendo sus piernas. Oí que decía: ¡para ya que yo no soy maricón! Una palmada suave en uno de los cachetes lo hizo reaccionar mientras yo hundía toda mi cabeza entre sus nalgas y lo acomodaba bien para continuar mi faena. Le tomé su pinga que no había bajado de tamaño y comencé fuertemente a masturbarlo mientras penetraba su ...
    ... hueco con mi lengua que ya entraba casi hasta la mitad. Se comenzó a estremecer inesperadamente mientras yo veía como manchaba mi mano y el forro del sofá que para su suerte era de cuero.
    
    No me pude contener esto es muy nuevo y excitante para mí. Me dijo con el morbo a flor de piel. Ven que ahora me toca a mí siéntate. Me empujó y me abrió las piernas las alzó hasta mis hombros. Mi hueco quedo a su merced.
    
    -Que haces Erick a mí no me gusta que me anden ahí.
    
    Intenté bajar las piernas pero ya me agarraba fuertemente por los tobillos, ahí comenzó a chuparme el ojete sin piedad, como si no hubiese un mañana. Fue tanta la calentura, las nuevas sensaciones y el poder mágico de su lengua que me vine sin tocarme y me llené toda la cara con mi propia leche.
    
    ¿Seguimos o ya estas cansado? Preguntó mi amigo mientras yo me incorporaba y le decía. Te apuesto cualquier cosa que no me das un beso así con la cara llena de leche.
    
    Comenzó a lamer lentamente mi cara mientras con sus labios me iba besando poco a poco dándome de beber mi propio néctar.
    
    Quedamos por un instante desnudos uno delante del otro con la misma erección como si no hubiéramos soltado nuestros jugos solo unos minutos antes.
    
    Nos miramos y soltamos una mutua carcajada, ahí cara a cara aun riéndonos, diciendo al unísono.
    
    -¡Somos unos sucios!
    
    Continuamos riendo...
    
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    Siempre Tuyo
    
    ThWarlock 
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