Mi madre me enseña a ser una puta en mi décimo octavo cumple
Fecha: 18/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Conde-duque, Fuente: CuentoRelatos
Mi décimo octavo cumpleaños no fue nada importante. Fue un viernes, por lo que quedé con mis amigas el sábado ya que todas trabajamos. El caso es que a eso de las once de la noche llegó mi madre (borracha como de costumbre) de un trabajo.
-¿Hoy cumples la mayoría de edad, no es así? ¿Sigues siendo virgen? - me preguntó con su voz de borracha.
Mi madre me tuvo cuando tenía mi edad por lo que apenas llegaba a los 39. Pese a haberme parido seguía teniendo unos pechos firmes y un culo que arrastraba la mirada de los hombres cada vez que pasaba.
-Si mamá, sigo siendo pura- le dije como quien le da la razón a los locos, esperando a que no me dé una escenita como las que me ha montado alguna vez. No le mentía, obviamente a mi edad yo ya me había besado con más de un chico, pero nunca me habían penetrado. Desde que dejé los estudios no he dedicado mucho tiempo a la vida amorosa.
-Eso tiene que cambiar hoy. Te vienes conmigo. Te voy a enseñar el negocio familiar -Me dijo que nos íbamos a ir y que me pusiera modo puta y fui a mi habitación a arreglarme donde, debajo del vestido, me puse la lencería más sexy que encontré. Mi madre me llevó fuera, donde llamó a Uber. Dudo si detenerla en este momento.
"Que diablos es mi cumpleaños y la verdad es que llevó deseando que me empotren un tiempo ya". Pensé.
Salimos unas horas por garitos y bares donde tonteamos con algunos hombres. Al final las dos volvimos con el mismo conductor, pero con dos hombres de 20 años ...
... acompañándonos.
La tonta de mí se puso en el asiento de copiloto por lo que tuve que ver como el chico 1 y 2 (los voy a llamar así por que fue una noche tan placentera y de tanto pedo que ni me acuerdo de sus nombres, aunque sí de algunos rasgos suyos que ahora os contaré) besaban y tocaban a mi madre. En su cara yo vi una expresión de placer que jamás había visto en mi progenitora. Me sentía excitada como nunca antes, pero me tuve que contener ya que no quería que el conductor se llevase un mal momento.
No iba a consentir que me dejaran excluida de la fiesta en casa también por lo que cuando abrí la puerta me abalancé sobre 1 como un animal a su presa y le empecé a comer el labio. Lo conduje hasta la cama de matrimonio de mi madre.
En cuanto llegué a la habitación me acosté junto a 1 y, al tacto, comprobé debajo de su pantalón tenía un buen "ánimo", algo que ya me esperaba, así me empezó a desnudar y besar cada centímetro de mi piel que quedaba al descubierto, yo le devolvería el masaje directamente sobre sus zonas más sensibles; en esta faena conseguía el propósito de preparar a mi vagina de lo que le esperaba. Yo, desde luego, aún estaba a estrenar y mi estimulación no había conseguido bajar del taxi, sintiendo permanentemente mi vagina chorreando de deseo, por lo que, en cuanto me sintiera preparada, consumara la penetración.
Tras un largo rato de caricias recíprocas, esperando el mejor momento, en el que su lengua había recorrido todo mi cuerpo, de repente él me sujetó ...