1. El culo de la secretaria, azotes e imaginación


    Fecha: 26/08/2024, Categorías: Voyerismo Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... asomarse.
    
    Segundos después del duodécimo golpe se oyó de nuevo la voz del jefe, algo más suave.
    
    - Ya hemos acabado Flor, ¿escuece?
    
    La respuesta de la secretaria, casi un susurro, no llegó a oidos de Juan.
    
    - Te has portado bien, ven que te echo un poco...
    
    Juan decidió moverse y volver a su sitio. Se sentó y trató de concentrarse sin lograrlo. Necesitaba borrar de su mente lo acontecido, acabar, e ir a casa.
    
    Flor y Don Andrés salieron del despacho. Don Andrés se fue a casa y la secretaria volvió a su sitio.
    
    Diez minutos después, acabado el trabajo y con su pene lo suficientemente encogido para no llamar la atención. Juan recogió y fue hacia la salida.
    
    La secretaria también se levantó de su sitio, se puso la chaqueta y cogió el bolso.
    
    - Ya es hora de ir a casa. - dijo Flor sonriendo a Juan.
    
    - Sí. Tu también haces horas extra.
    
    Los dos llegaron a la puerta.
    
    - Por favor, adelante, ya cierro yo. - dijo el empleado con cortesía.
    
    Flor murmuró una palabra de gracias y caminó hacia el ascensor.
    
    Juan observó su figura y durante un instante, en su mente, el vestido se volvió transparente ofreciendo la visión de un culete femenino pintado de rojo.
    
    La secretaria llegó al ascensor y distraida llevó una mano a su trasero y se masajeó las nalgas.
    
    El pene de Juan comenzó a crecer de nuevo.
    
    En ...
    ... casa le esperaba su pareja, Sara. Una chica moderna, seria y clásica. Hacían el amor los miércoles y viernes.
    
    Hoy no tocaba.
    
    Camino a casa, imaginó que pensaría Sara de los azotes.
    
    Sus sesiones se limitaban a besos, que estaban bien y a sexo tradicional. Poca luz, bajo las sábanas, manita bajo las bragas para tocarla el culo. Los pechos sí, esos siempre al aire. Pero el culo... claro que había visto el culo de Sara, pero pocas veces. Eso de ducharse juntos no la gustaba. Y lo de enseñarlo durante más de un minuto... tampoco. Tenía tendencia a llevarlo tapado, incluso, cuando tenía que cambiarse de ropa, usaba el baño.
    
    No, eso de los azotes, o en general cualquier otra cosa no lo veía factible y él no era tan valiente como Flor.
    
    Sara era una buena mujer, le quería y por nada del mundo renunciaría a esas tardes de invierno compartiendo sillón y manta.
    
    Ya en casa, en su habitación, mientras su pareja terminaba de ver una película en la tele, Juan fue a cama.
    
    Tumbado, la escena de la oficina volvió a su mente. Imaginó acompañar a la secretaria a su casa y estar a su lado. Ella tumbada boca abajo, con su trasero al aire, contando la experiencia con los azotes. Él, sentado a su lado, oyendo su relato, alabando su valor mientras extendía cremita en el culo y se deleitaba contemplando las nalgas y la deliciosa rajita. 
«12»