Entregué mi virginidad a mi primo (Parte 2 de 2)
Fecha: 30/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Renee, Fuente: CuentoRelatos
—¿A qué hora te caigo en tu casa? – Decía el texto de Johann.
—¿Cómo sabes que la oferta sigue vigente? – Contesté.
—Porque voy a llevarte cervezas y pizza para ver una peli.
—Que sea mejor vino tinto.
—Hecho. ¿A qué hora llego, entonces?
—Ven ahora, que me quiero dormir temprano. – Contesté, para apurar su llegada.
A los pocos minutos llegó con una pizza y un vino. Estábamos solos en la casa y yo tenía mucha hambre, así que pasé a comer de esa deliciosa pizza y a tomar vino tinto.
Ni Johann ni yo hablamos de lo que había pasado hace unos días, solo sentía una tensión y una emoción que no sabía describir. Algo en sostener las miradas o en el tono de la plática me hacía querer estar cerca de él.
La segunda copa de vino empezó a hacer su efecto en mi y me sentía ligeramente borracha.
Creyendo que Johann estaba igual le confesé que el día pasado que estuvimos juntos había estado más mojada que nunca, que había estado pensando él y que lo quería dentro de mí.
El no dijo nada. Le dio un trago a su copa, terminándose su vino tinto. Metió su mano en mis leggins y me sintió empapada otra vez. Tomo mi copa y la dejó en la mesa, me cargó en su hombro y me llevó a mi cuarto. Yo solo quería metérmelo, quería que lo hundiera entre mis piernas, quería ver su cara mientras lo hacía.
Me quitó los leggins, me quito la playera y me quitó las bragas. Me iba a quitar la playera de tirantes, pero me pidió que me la dejara. Me abrió las piernas con fuerza y se ...
... lanzó directo a mí. Me dio un sexo oral un poco agresivo pero placentero.
Le dije que quería que me la metiera pero que quería saborearlo otra vez, antes de que lo hiciera. En lo que me acomodaba el cabello para amarrarlo el se quitó los pantalones y el bóxer. Me dio la instrucción de que me pusiera de rodillas; oírlo hablar con esa seguridad me excitaba demasiado, así que obedecí.
Me agarró de la coleta y proyectó su falo a mi boca. Empezamos suave, pero cuando se estaba poniendo intenso escuchamos a mi mamá abrir los cerrojos de la puerta de la entrada. Maldita sea.
Johann salió corriendo al cuarto de invitados, donde había dejado su mochila.
Yo cerré la puerta de mi cuarto con llave y me dispuse a cambiar mi top de tirantes que estaba lleno de mi saliva.
*Toc, toc. Mi mamá estaba tocando la puerta. Pensé un segundo como salvarlo.
—¿Qué quieres, Johann? Ya te dije que me estoy cambiando. – Contesté a través de la puerta, como dando a entender que no me había dado cuenta de que mi mamá había llegado.
—Soy yo amor, solo quería avisarte que estaba en casa. – contestó mi mamá.
—Ok, ma. Ahorita salgo. – Contesté.
Alcancé a escuchar a través de la puerta como es que Johann le decía a mi mamá que se quería quedar a dormir para que acabara de ver la serie de Vikings conmigo. Ella dijo que no había problema pero que no quería que tomáramos más vino.
Salí con mis leggins y una playera limpia, el cabello perfumado y con una mentita en la boca.
Saludé a mi ...