1. Una noche irrepetible


    Fecha: 25/10/2018, Categorías: Incesto Autor: jgiglia, Fuente: CuentoRelatos

    ... elegancia y charme de mi compañía de esa noche, yo. Ella de lo agradable del lugar, de algunos de sus sentires, fastidios, sueños y nuevos proyectos personales.
    
    Llegó el silencio pos-bebidas y quedamos inmóviles, mirándonos. En el ambiente flotaba el aroma a cuerpos exacerbados, la exaltación acumulada, las tensiones de las fuerzas, opuestas, de atracción necesitaban una vía de escape. Al sentir un toque insinuante de un piecito debajo de la mesa me incorporé a medias y nos besamos por primera vez.
    
    Percibí que era el tiempo de concretar y propuse un espacio más íntimo.
    
    Ella sintió que era el momento de hablar y dijo que buscaba emociones inéditas, que quería volar, ser otra persona y, a la vez, ser ella misma:
    
    -¿Me entendés?
    
    Tenía mis dudas pero no las manifesté, todo lo contrario. Ya vería que hacer:
    
    -¡Claro que sí! Está cerca de aquí el lugar que te dije, vamos en el mismo taxi, nadie nos va a ver.
    
    -Quiero experimentar contigo el encanto del “hada verde”. Con la inspiración del hada verde vamos a viajar a una dimensión desconocida. Traigo una botellita en la cartera. Lista para tomar con la proporción justa de agua y azúcar. No es lo mismo que prepararla en el momento, pero servirá.
    
    “No podía ser de otro modo”, pensé, es una mujer chic y tiene fantasías raras, extravagantes.
    
    Recordé que el ajenjo, también es conocido como el hada verde (la fée verte) en virtud de un supuesto efecto alucinógeno. Charles Baudelaire, Vincent Van Gogh (se dice que ...
    ... perdió la oreja bajo sus efectos), Oscar Wilde, Henri de Toulouse-Lautrec, Edgar Allan Poe, entre muchos otros, eran adeptos al hada verde.
    
    Fue prohibido a principios del siglo XX, en casi todo el mundo. Con el tiempo y estudios rigurosos, se comprobó que, salvo el alto tenor alcohólico, no tiene ninguna propiedad nociva.
    
    Un halo o creencia rodea este elixir. Se tiene por cierto que alucina, seduce y hace desear vehementemente. A principios de los 2000 se lo incluyó en una película (Alfie) en la que la protagonista (Susan Saradon) bebe ajenjo con el rito recomendado (ajenjo + cuchara perforada con terrón de azúcar + agua) con su partenaire y luego hacen el amor de una manera alucinante.
    
    En el modular del comedor, en mi casa, tenía una petaca de la marca Mari Mayans (que traje de España vaya a saber en qué año. Creo que, en la península, nunca se prohibió.) Virtualmente sin uso (la había mechado en un par de sesiones íntimas hogareñas sin nada para remarcar).
    
    -Bueno, vamos ¿Te parece?
    
    Pagué la cuenta y salimos en busca del hotel Los Pinos, en la avenida Independencia al 1300.
    
    En la habitación, reanudamos el boca a boca, apenas insinuado en el bar y las manos comenzaron a recorrer nuestros cuerpos con caricias cada vez más osadas que, a despecho de la ropa de por medio, alcanzaron para consumir un buen puñado de ardorosos minutos.
    
    A continuación se imponía desprenderse de las prendas de vestir. Amagué emprenderla con botones y cierres.
    
    -Dame un segundo – ...
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