1. Su fantasía, mi mayor clímax


    Fecha: 06/09/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ambar Q, Fuente: CuentoRelatos

    ... compartíamos.
    
    Ese sexo que jamás nadie habíamos experimentado, porque para todos era una experiencia única, primera, inolvidable, tan llena de lujuria, que nadie, había pasado por ese momento, a pesar de que cada uno tenía su historia.
    
    Las miradas eran profundas, intensas y tan llenas de pasión, los dos me miraban fijamente, sin pestañear, sin quitar esa mirada tan lascivia y tan ardiente, que yo sentía ya no poder.
    
    Mi ser explotaba de tanta pasión que mi libido me pedía más y más placer, no quería que terminara, no quería que dejarán de mirarme de esa forma tan sucia, tan varonil y tan llena de deseo.
    
    Las dos miradas me prendían, me gustaba todo lo que me hacían sentir, la mirada de él era tan pasional que me hacía sentir en ese momento, la mujer más caliente, deseada y disfrutada.
    
    La tuya, tu mirada me elevaba a mi máximo nivel de erotismo, un placer indescriptible, un orgasmo interno tan estremecedor, que mi cuerpo se retorcía sin pudor alguno, tus ojos clavados en los míos, tu mirada fija, quieta, perversa, lujuriosa, penetrante, dominante, llena de sensualidad, sobrada de erotismo, tan rica, tan llena de amor, deslumbrante y pícara, todo al mismo tiempo, y tan solo con mirarme a los ojos; llena de éxtasis mi ser, mi cuerpo, mis sentidos, mi vagina, la combinación más exquisita y ...
    ... desbordante de todos los tiempos.
    
    Mi mente estaba vuelta loca, no entendía que pasaba, tanto placer en dos hombres que me observaban fijamente, al mismo tiempo que me penetraban, me hacían suya, se deleitaban con cada rincón de mi cuerpo desnudo, y ellos se regocijaban en su propio elixir de placer, se apoderaron tanto de mi, que me arrastraron a sus dominios más profundos, tan profundos que ni ellos habían descendido tan abajo, se hicieron mis dueños, amos y señores.
    
    Y yo, tan caliente, solo pensaba en que, ojalá ellos estén gozando, esten disfrutando, cada instante que me cogen, con sus miradas, con sus vergas, con sus manos, con cada beso que me daban, cada nalgada que me azotaban, cada mordida pícara; mi deseo porque ellos lo disfrutaran a mi par era indescriptible, sabía que si lo hacían, sabía que si me saboreaban, disfrutaban cada segundo que me poseían, tanto o hasta tal vez más que yo.
    
    Sus movimientos, sus expresiones, sus gemidos tan sexis no me podían mentir, estaban al borde de la locura más exitante que jamás hubieran pensado imaginar juntos.
    
    Y no porque alguno no lo haya hecho antes, o no hubiera con quién haberlo hecho ellos juntos; simple, fácil y sencillamente porque uno de ellos era mi esposo, mi pareja y mi dueño, el otro, el otro era su hermano...
    
    End
    
    By Ambar Quevedo 
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