Almuerzo con mi suegra
Fecha: 09/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi novia insistentemente quería viajar a los Estados Unidos, su intención era juntar algo de dinero pues quería montar su propio consultorio y estaba segura de que con un empleo en ese país podría juntar el dinero que necesitaba. Contacto con una tía suya para que le permita vivir con ella y a la vez poder realizar algún trabajo.
Estuvo con esa idea por mas de tres meses hasta que finalmente por su insistencia todos apoyamos su decisión y ella se iría por unos tres meses. Durante ese tiempo yo trabajaba en un consultorio muy cerca de donde mi novia vivía con su madre y un día mi futura suegra Matilde me llamo por teléfono y me invito a almorzar.
Así fue y el día previsto y a la hora de almuerzo tomé un taxi y me dirigí a la casa de mi novia, allí estaba mi suegra esperándome con el almuerzo listo y servido. Estuvimos comiendo y conversando como siempre, me contaba de su infancia, de sus hijos, de temas irrelevantes y alguna que otra consulta médica, esta vez me comento que tenía una dolencia que le venía molestando desde algún tiempo.
Eran unas hemorroides que había adquirido como consecuencia de los partos según me explico, me dijo que de vez en cuando le dolía y no sabia que hacer, entonces le dí algunas ideas de que cremas o supositorios aplicarse, pero también le aclare que el tratamiento dependía del estado de las hemorroides, era muy diferente una inflamación leve a una hemorroide trombosada, por ejemplo
Ella tímidamente me dijo que no sabía cómo estarían ...
... las hemorroides, que mejor sería que la revise, yo accedí ya que era una consulta medica y yo tenía que ser profesional.
Me dijo -mejor me examinas en la habitación ya que por las ventanas mis vecinos podrían verme y soy vergonzosa-, accedí sin problemas.
Fuimos a una habitación le indique que por favor se quitase la ropa interior y se levante la falda, que se suba a la cama y que se ponga de rodillas y con los codos pegados a la cama, puede verla en cuatro, por un momento sentí mi bulto latir pero tenía que ser profesional.
Además, como no tenía guantes tuve que examinarla sin ellos, así pude tocar su piel directamente, ella me preguntaba -¿cómo se ven? -, le dije que parecían solo inflamadas, en ese momento ella me comento que había leído en una revista que hace mucho tiempo trataban las hemorroides con saliva, cínicamente agrego -¿funcionaria esa técnica conmigo?-, la verdad es que nunca había escuchado eso pero use el argumento para intentar algo.
-Si señora Matilde yo también escuche de ello, decían que bajaba la inflamación-, ella me decía que le gustaría intentarlo pero que le era difícil llegar exactamente al lugar que necesitaba este exótico tratamiento. Le dije que no había problema que yo le aplicaba ahora mismo.
Metí mi dedo en mi boca, lo humedecí y empecé a acariciar su ano, era tibio y latía; cada vez que acercaba mi dedo veía como se abría su agujero invitándome a entrar, mi entrepierna se abultaba más y sentía un intenso latido.
Así seguí ...