1. Un trabajo en la costa


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos

    ... su piel, y ella gozaba con sus caricias.
    
    El ambiente se volvía más íntimo y sensual entre ellos, ambos conscientes de las emociones que empezaban a aflorar. Ninguno había revelado aun lo que estaban experimentando, pero las miradas y los gestos hablaban por sí mismos.
    
    Carmen le pidió a Marcos que también le pusiera crema en las piernas. Aunque algo nervioso, él cumplió su petición. Sus manos recorrieron aquellas maduras piernas, llegando a rozar el nacimiento de las nalgas de Carmen. Ella abrió un poco más sus piernas, y Marcos acarició el interior de sus muslos, provocándole un leve gemido que tuvo contener.
    
    El día en la playa transcurría entre juegos, roces y tocamientos aparentemente inocentes, pero en realidad, cada gesto escondía la pasión contenida de ambos. Entre risas y miradas cómplices, el deseo iba en aumento, creando una atmósfera cargada de seducción y promesas implícitas. Ambos se deleitaban en la cercanía del otro, sin saber hasta dónde los llevaría esta inesperada conexión que había surgido entre ellos.
    
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    Capítulo 6 parte 3:
    
    Luego de llegar de la playa, decidieron ducharse para quitarse el salitre y la arena. Carmen entró primero, y al salir envuelta en la toalla, se cruzó con Marcos en el pasillo. Una mirada de lujuria surgió entre ellos, pero cada uno siguió su camino.
    
    Después de cenar, como era costumbre, se dirigieron al salón para ver televisión. Carmen, viendo que Marcos se sentaba en el sillón, le ofreció un lugar ...
    ... junto a ella en el sofá. Marcos aceptó la invitación y se sentó a su lado, dedicándole una sonrisa. Así, en la cercanía del sofá, empezaron a ver una película.
    
    Carmen, sintiendo el cansancio, dejó caer su cabeza sobre el hombro de Marcos, dándole una vista perfecta de su escote. Ella, fingiendo buscar una postura más cómoda, dejó más a la vista sus tetas, ya no usaba sostén por las noches y sus oscuros pezones se dibujaban perfectamente en el camisón. Marcos no pudo evitar excitarse y un bulto comenzó a surgir en su pantalón.
    
    Carmen se dio cuenta de la reacción de Marcos y lo miraba con deseo, tentada de llevar su mano a la entrepierna del joven. Los deseos de Marcos no eran menos atrevidos. La tensión sexual entre ellos era palpable, como una bomba de relojería que amenazaba con explotar en cualquier momento.
    
    Una noche más ninguno de los dos dio el primer paso, retirándose a sus dormitorios, con el corazón acelerado y los pensamientos llenos de deseo que luego cada uno en su intimidad tenían que aplacar en solitario.
    
    El sol ya había hecho su aparición hace varias horas, y Carmen y Marcos se encontraban despiertos en sus camas, repasando en silencio todo lo sucedido entre ellos. Ambos se preguntaban si el otro también sentía la intensa atracción que los unía.
    
    Carmen tocó la puerta de Marcos, y él se cubrió con la sábana para ocultar su erección matutina. Al permitirle entrar, ella le preguntó si le apetecía zumo de naranja para el desayuno. Marcos, intentando ...
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