1. El vaivén del tren


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Kissmybody, Fuente: CuentoRelatos

    En mi país hace de eso ya unos años nos dirigíamos mi compañero y yo al destacamento cercano a nuestra localidad de residencia, con la mente implorando nos librásemos de la tediosa mili, para los más jóvenes decirles que se efectuaba un sorteo de destino y alguno se libraba por exceso de cupo o algún defecto físico, mi compañero lo tenía claro pues no veía un pimiento, caminando por el andén me di cuenta pues se introdujo convencido en la cabeza del tren nada menos que en el habitáculo del maquinista, yo si conduce este tío no me subo pensé, entré, le cogí de la mochila y le saqué al instante “anda vente conmigo chaval, que no tienes ni el carnet de moto…”.
    
    Llegamos a destino medio mareados por el vaivén del llamémoslo tren, que más bien parecía una locomotora del oeste transportando troncos y troncas.
    
    Nos pasaron revisión, había que quedarse en gayumbos, los míos blancos de Calvin Klein, mi madre parecía profeta pues ya empezaba a perder algo de pelo, ya en la báscula delante de una sargento buenorra junto a un cabo lelo que la reía todas las gracias, pasó al pesaje y toma de medidas, mirando mi paquete la muy zorra comentó sarcásticamente “mira Mauricio algunos se traen el bocadillo”, el cabo lelo se partía de risa, me callé no vaya a ser que pasase la noche en el calabozo y yo lo que quería era volver a casa, lo que ella no sabía era que lo que ella vislumbraba no era un bocadillo sino media salchicha que ni se imaginaba como sería cuando estaba entera, bueno me ...
    ... metí mi orgullo entre las piernas y pasé olímpicamente.
    
    Al final de la revisión salimos mi amigo y yo muy contentos, yo pensé librarme por exceso de polla, pero no menos glamuroso y fue por pies planos, ahora entiendo que en ocasiones me quedaba dormido de pie, él tardó en salir, a punto estuvimos de perder el tren de vuelta, pues se metió sin darse cuenta en la cocina y ahí le tuvieron fregando platos un rato, hasta que se dieron cuenta que estaba de paso y rompió un par de ellos.
    
    Bueno ya en el tren salimos por fin, yo con hambre pensando en la hamburguesa de mi sargenta, que se la había comido allí mismo delante del cabo que se habría quedado alelado del todo.
    
    Yo sentado frente a mi compañero y en frente al otro lado del pasillo una chica que no estaba nada mal, flaquita con un vestido ligero por las rodillas, que las tenía juntas, digo pegadas, aparentemente impenetrables, me puse caliente vaya, el movimiento ruidoso del tren me relajaba y excitaba, empecé a comerme la boca mientras la miraba, era mi técnica preferida e infalible de incitación al sexo, la chica comenzó a hacer lo mismo, nos mirábamos y nos besábamos en la distancia, nos relamíamos, mi compañero no daba crédito al momento que estaba viviendo, de hecho creo estaba recuperando la visión, todo él eran ojos.
    
    La chica se fue animando y me sorprendí cuando a ratos se levantaba la faldita, viendo sus piernas blancas, que no habían visto el sol en su vida y una braguita de muchos colores para compensar ...
«12»