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Entre la arena y el agua, las mejores amigas
Fecha: 20/09/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... bañador con los ojos de la gente encima de nosotras no me atrevía a meter la mano por debajo. Pero ella si empezó a poner una de las suyas entre nuestros cuerpos y agarrarme un pezón. Ahora la que gemía era yo y lamía su cuello fino y suave. Mi excitación subía y subía y quería más de ella. Incorporándome con una mueca lasciva en la cara cogí su mano y la arrastré hacia el agua. El mar estaba caliente pero no tanto como nosotras. Mi vulva ya estaba muy humeda antes de que me alcanzara la primera ola y su coñito debía chorrear porque en cuanto el agua nos tapó un poco se abalanzó hacia mí. Me agarró de la cintura y me comió la boca con ganas. Nuestras lenguas estaban más en la boca de la otra con un abundante intercambio de saliva. Por sorpresa sentí sus dedos acariciando mi vientre, por debajo de mi braguita acariciando mi depilado monte de venus. Vaya como se había lanzado, no sé si era sólo el deseo o también era bisexual como yo. Y en ese momento me importaba una mierda. Solo deseaba que su índice llegara entre mis labios y alcanzara mi hipersensible clítoris. Pero me hacía de rogar. En cambio yo aprovechaba que su bañador seguía enrollado en su cintura para meter mi mano por su duro culo. Me agarré a sus nalgas como si se fueran a ir entre las olas y no quería perderlas. Aproveché para deslizar mis dedos entre ellas y buscar el ano para acariciarla. Se le escapó un gemido junto a mi oído, lo que me excitó más. Repasé su cuello con la lengua una y otra vez ...
... mientras mi dedo entraba en su culito todo lo que me dejaba. Ella me estaba dando orgasmo tras orgasmo acariciando mi coño y penetrándome con sus dedos. Yo sí que gemía y suspiraba junto a su oído. Nos estábamos arriesgando mucho alguien podía oirnos si pasaba cerca. Pero eso le daba un poco más de excitación al asunto. Un par de chicos con bañadores reducidos, una chica en top less, seguro que nos estaban oyendo. Y a nosotras nos importaba un pimiento. Pero yo quería más, necesitaba saborearla. Quería usar mi lengua en todo su cuerpo y mi piel su lengua húmeda. No pensaba que la sal del mar fuera un buen aderezo pero aún así pude lamer sus pechos y mordisquear sus pezones. Y ella no separaba sus labios y lengua de mi oreja, cuello y hombro. No podíamos hacer nada en nuestra tienda de campaña, las tiendas de al lado estaban ocupadas con gente aún más obtusa que cualquiera de los que nos veía en la playa. Ahora ella me cogió del culo para que rodeara su cintura con mis muslos. Sujetaba mis nalgas pero apenas lo necesitaba más bien lo que hacía era meter los dedos bajo mi braguita para acariciarme. Dos de sus dedos penetrándome me estaban llevando al cielo. Mis tetas apretadas contra las suyas, los pezones tan duros que los notaba en mi piel. - Necesito arrancarte el bañador, necesito verte desnuda. Necesito acariciarte desnuda, lamerte desnuda. Las palabras no eran bastantes para conformarnos, las caricias que nos hacíamos en público nos sabían a poco. Pero nos daban ...