Existe la maldición generacional (abuela, hija y nieto)
Fecha: 21/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... finalizar el film, mi abuela me pasa un frasco de aceite para bebes y me pide unos masajes en sus pies, que estaban cansados, según dijo. Fui a buscar un puff y me senté frente a ella, apoyo sus pies en mis rodillas y comencé a friccionar desde los dedos de sus hermosos pies, hasta sus rodillas, mientras madre e hija dialogaban sobre la película. Mi madre haciendo una escena muda de celos, pone también sus extremidades sobre las de mi abuela y dice que ella se merece unos iguales, comienzo a hacerlos.
Pasado un rato, mi abuela tomo el frasco de aceite, comenzó a echar a las piernas de mi madre, no me había percatado, pero colocaba el líquido cada vez más arriba, estos masajes se fueron transformando en caricias, sobre todo al llegar a los firmes y torneados muslos de mama, comprendí el mensaje. Esas caricias las combinaba con pequeños apretones suaves en parte interna, fui subiendo centímetro a centímetro, mis pulgares hicieron un casi imperceptible toque en la entrepierna, lo que me basto para sentir la humedad que traspasaba el pantaloncito deportivo; miro el rostro de mama, sus dientes mordían el labio inferior, sus ojos cerrados y su cabeza hacia atrás, me indicaron que era momento de ir por más. Los dedos presurosos comenzaron a tocar su vagina por encima de la ropa, sus caderas comenzaron a moverse de abajo hacia arriba, ya se escuchaban los suspiros, sin perder tiempo, mi abuela, muy lentamente, comenzó a sacar la pollera pantalón, mama ayudo levantando ese culo ...
... hermoso, dejando a mi vista su vagina, custodiada de unos bellos muy bien recortados.
Me sumergí entre sus piernas, besando esos ya inflamados labios, tratando de abrirme paso en su interior con una atrevida lengua deseosa de probar el sabor materno. Una vez franqueada la guardia, una cantidad de líquido agridulce invade la cavidad bucal. Con el sabor del sexo y degustándolo, busco el clítoris, rosado, duro, a la vista, lo tomo entre mis labios para succionarlo. Escucho el gemido y el grito de placer que deja escapar por su boca, anunciando ese gran orgasmo, el que recibo en mi rostro como premio a la tarea realizada.
Mientras había estado probando las mieles materna, Lela le fue retirando el resto de la ropa, ver el escultural cuerpo de mi madre totalmente desnudo me incendio más, quería poseerla ya.
Lela ya se había ocupado de su propia ropa, las dos totalmente desnudas eran lo que cualquier poeta definiría como musas del erotismo. Sus anatomías brillaban con la tenue luz que invadía la sala.
Ambas ahora, estaban abocadas a la tarea de que mi cuerpo quedara totalmente descubierto, mientras una me sacaba la remera, la otra lo hacía con el pantalón y calzoncillo. Totalmente desnudo, mi abuela tomo la mano de su hija para llevarla hacia mi miembro endurecido y goteante del líquido pre seminal. Tomándolo tímidamente, se dejó caer de bruces en el piso e intento llevarlo a su boca pero Lela no se lo permitió, llevo sus manos hacia atrás y se las ato con unas esposas de ...